La tradición que ilumina los pueblos boyacenses
En Boyacá, diciembre empieza desde que se enciende la primera luz navideña. Apenas llega el último mes del año, pueblos y municipios en Boyacá se transforman en escenarios donde la Navidad no solo se ve, sino que también se respira y se siente.
Recorrer la ruta navideña de Boyacá ofrece mucho más que fotografías memorables.
Por: María del Pilar Díaz Martínez.
En Boyacá, diciembre empieza desde que se enciende la primera luz navideña. Apenas llega el último mes del año, pueblos y municipios en Boyacá se transforman en escenarios donde la Navidad no solo se ve, sino que también se respira y se siente. Lo que para algunos podría ser un simple recorrido turístico, para los Boyacenses es una tradición viva que une a las personas y refleja la identidad de un departamento que ha sabido convertir la luz en parte de su esencia.
La tradición de los alumbrados en Boyacá se remonta a varias décadas atrás, cuando las decoraciones no provenían de grandes estructuras, sino de la creatividad de los habitantes. En cada municipio, las familias elaboraban figuras con madera, plástico, alambre o retazos, y adornaban las calles con bombillos. Eran expresiones pequeñas, pero llenas de sentido comunitario. Con el tiempo, estas iniciativas crecieron y comenzaron a integrarse, hasta formar una ruta que hoy es reconocida a nivel nacional. Las alcaldías municipales, la Gobernación y diferentes entidades se sumaron para fortalecerla, de modo que lo que antes era algo espontáneo se convirtió en un evento cultural que atrae visitantes de todas partes del país. Desde entonces, el alumbrado se enciende tradicionalmente el 7 de diciembre, día de velitas, en honor a la Virgen María. Actualmente participan más de 100 municipios, cada uno con una propuesta creativa.

Así luce el Puente de Boyacá esta navidad - Foto: Gobernación de Boyacá
Familias enteras se reúnen en los diferentes municipios para iniciar el recorrido, mientras otros caminan despacio por las calles, observando cada detalle. Allí mismo esperan los buses que llevarán a los viajeros a los municipios vecinos. Algunos conductores de rutas escolares, cambian el propósito de los vehículos en estas fechas. Durante la temporada navideña, usan los buses para los recorridos de luces. A veces se estacionan frente a los parques a la espera de pasajeros, otras veces trabajan para familias que los contratan o amigos que desean un plan más tranquilo y personalizado.
Uno de los primeros destinos es Nobsa, un municipio reconocido por sus artesanías. En diciembre, sus calles y su plaza principal se convierten en un espectáculo de luz. Túneles de arcos iluminados, un árbol con cientos de luces, un pesebre de gran tamaño con movimiento y presentaciones culturales, reúnen a las personas. La mezcla entre tradición, artesanías y Navidad crea un ambiente cálido y festivo, ideal para iniciar un recorrido que se vuelve cada vez más sorprendente.


Iluminación en representación de aves en el Puente de Boyacá - Foto: Gob. Boyacá
En Corrales, la ruta alcanza uno de sus puntos más emblemáticos. Este pequeño municipio, que durante el resto del año es tranquilo y silencioso, se transforma en diciembre en un auténtico resplandor. Desde el 2001 es conocido como la “Luz de Colombia”. Aquí, cada calle, cada casa colonial, cada puente, cada árbol y cada rincón se ilumina con miles de bombillos. La plaza principal brilla con figuras religiosas y escenas navideñas; los visitantes recorren las calles empedradas tomando fotos y saboreando una génova, algo tradicional e infaltable en este destino. El recorrido continúa por municipios como Santa Rosa, Busbanzá, Tobasía y Floresta. Estos pueblos, aunque más pequeños, conservan la esencia de los alumbrados, el esfuerzo y la creatividad.
Para quienes inician el viaje desde Bogotá, la ruta tradicional comienza dos horas después de salir por la Autopista Norte, justo en el Puente de Boyacá. Allí, alrededor de cien mil bombillos adornan el espacio. El frío suele ser intenso, pero se contrarresta fácilmente con un canelazo caliente, un tinto o una copa de aguardiente. Este lugar es considerado la puerta simbólica a la Navidad boyacense.
La siguiente parada suele ser Tunja, cuyo centro histórico se ilumina cada diciembre. La Plaza de Bolívar, la Catedral, la Alcaldía y más edificaciones se convierten en un conjunto arquitectónico brillante. Paipa también destaca por su belleza, el Lago Sochagota refleja las luces mientras que en el Pantano de Vargas se ilumina el monumento de los 14 lanceros, combinando patriotismo con espíritu navideño.

Pueblito Boyacense, Duitama - Foto: Pueblito Boyacense Oficial
En Duitama, además del parque principal, el Pueblito Boyacense se convierte en un punto imprescindible. Este espacio que replica siete municipios del departamento. Se ilumina con decoraciones que convierten las fachadas de las casas y calles empedradas en una pequeña villa navideña. Villa de Leyva, por su parte, celebra el famoso Festival de Luces entre el 6 y el 8 de diciembre, es uno de los eventos pirotécnicos más reconocidos de Colombia. Durante esas noches, el pueblo se llena de faroles, velas y fachadas iluminadas de colores.
En los últimos años, la ruta ha crecido tanto que incluso se inauguró hace poco el Tren Navideño de Boyacá, una experiencia que recorre Paipa, Duitama y Sogamoso en aproximadamente cinco horas. Durante el trayecto, los pasajeros disfrutan de ferias artesanales, muestras culturales, gastronomía típica y vistas de los paisajes boyacenses desde los vagones.

Iluminación en homenaje a los campesinos en el Puente de Boyacá - Foto: Gob. Boyacá
Recorrer la ruta navideña de Boyacá ofrece mucho más que fotografías memorables. Es un plan perfecto para disfrutar en familia, para caminar sin afán, para tomar bebidas calientes, para comprar artesanías, para probar sabores locales y para crear recuerdos que nunca se borrarán. Para los visitantes hay recomendaciones como llevar ropa abrigada, una buena opción es una ruana; apoyar las ferias artesanales, respetar los espacios públicos y, sobre todo, dejarse sorprender por cada detalle.
Más allá de los recorridos y de las luces, lo que hace especial esta tradición es la manera en que une a las personas. Cada pueblo se esmera no solo por atraer turistas, sino por mantener viva la memoria de la Navidad y la esencia de los habitantes. Boyacá en cada bombillo, en cada figura, en cada pesebre, en cada niño que corre por el parque, se refleja la unión, la devoción y la alegría que caracterizan al departamento. Al final, recorrer las rutas navideñas en Boyacá es mucho más que un paseo, es una invitación a vivir una experiencia distinta, a compartir en familia y a recordar que la luz también nace de la unión entre las personas.