Sembrando conciencia ambiental

La actividad tuvo lugar en un terreno cedido por RECITUNJA, en la vereda Runta que se ha convertido en un espacio de transformación y crecimiento de alimentos frescos y saludables para la comunidad local. La huerta comunitaria no solo busca promover la autosuficiencia alimentaria, sino también fomentar la cohesión social y la conciencia ambiental entre los asociados del sur de la ciudad. 

Las voluntarias de la UdB y las docentes se sumaron con entusiasmo a esta tarea, aportando sus conocimientos en bacteriología y agricultura sostenible para garantizar la producción de alimentos de calidad. Durante la jornada, se plantaron una variedad de plantas medicinales y hierbas aromáticas que servirán como fuente de alimentos frescos y nutritivos para los miembros de RECITUNJA y sus familias. 

La docente Diana Carolina Bonilla Cárdenas, Coordinadora de Proyección social una de las docentes involucradas en la actividad, destacó la importancia de esta colaboración interinstitucional y el impacto positivo que puede tener en la comunidad: "La huerta comunitaria no solo contribuye a la seguridad alimentaria de las personas, sino que también promueve la educación ambiental y la promoción de prácticas sostenibles". Por su parte, Luz Daniela Ricaurte Izquierdo una de las estudiantes voluntarias, expresó su gratitud por haber tenido la oportunidad de participar en esta iniciativa solidaria: "Es gratificante ver cómo nuestro conocimiento puede marcar la diferencia en la vida de las personas y en la comunidad en general". 

Esta colaboración entre la UdB y RECITUNJA promete ser un ejemplo inspirador de cómo la academia y las organizaciones comunitarias pueden unir fuerzas para crear un impacto positivo en la sociedad y avanzar hacia un futuro más sostenible y equitativo. La huerta comunitaria es solo el comienzo de lo que promete ser una asociación fructífera en beneficio de todos los involucrados.