Noche de Museos

Fecha de Publicación
Diciembre 13 de 2022
Categorías:
Comunicación Social
Foto por: Kelly Páez.

Unas noches mágicas, donde Tunja cobra la vida que los mitos cuentan de ella, un espacio basado en los tesoros escondidos de la ciudad, aquí cada ciudadano responde el misterio que muchos se preguntan de “¿qué tiene este lugar?”.

Por: Kelly Mariana Páez

Unas noches mágicas, donde Tunja cobra la vida que los mitos cuentan de ella, un espacio basado en los tesoros escondidos de la ciudad, aquí cada ciudadano responde el misterio que muchos se preguntan de “¿qué tiene este lugar?”, y reafirman que esta capital friolenta esconde sus hechizos entre el viento que recorre, susurra y sopla por las calles, entre las personas que lo habitan.  

Empieza el recorrido desde la Universidad de Boyacá, a las 6:00 p.m., incluso tan temprano, hasta ahora se está llenando la sala. El tiempo para apreciar cada obra es preciso, exacto. El poder admirar las huellas con las que los autores representan la cultura de cada lugar. La historia que se sumerge entre los distintos lienzos, aquellos recuerdos plasmados por medio de pintura, acuarela, lápiz o cualquier otro material que permite la expresión misma del sentimiento.

En la línea del recorrido sigue el edificio Camol, junto a la peatonal que conduce a la Plaza de Bolívar, llena de cosas extrañas. En el camino se pueden ver rostros de las distintas etapas de vida, algunos conocidos, otros completamente extraños, pero todos con algo extrañamente parecido: ojos de atención, de sorpresa, de alegría… Acelero el paso para llegar a otra estación. Los sonidos clásicos de la ciudad llaman la atención de los transeúntes, pero sin interrumpir los otros actos que se presentan en simultáneo. 

La segunda noche empezó desde el centro comercial Paseo de la Salamandra, pero no estoy segura si fue la variedad de música o los jóvenes alrededor de los artistas lo que me hizo decidir iniciar la noche por este lugar mágico. La ciudad estaba iluminada de una manera diferente. Sumándose a la noche, las personas que hacían parte de estas calles frígidas dotaban de vida a esta ciudad.

Variedad de personas alrededor de las obras.

Entre la lista de las sorpresas mágicas se encuentra la afluencia de todas las generaciones entre las filas, calles, cafeterías, universidades, exposiciones y todo lo que se había preparado. La acogida de este evento era grandiosa, comentarios de pasillo como ´no sabía que había tanta gente en Tunja´, ´hay mucha gente, siento que me voy a asfixiar´ eran las más sonadas entre tanto tumulto, pero hay algo más impactante que da orgullo de resaltar, el arte tunjano, y cómo se trató de incluir de todo un poco de las áreas artísticas que reúnen a esta ciudad: teatro, música, danza, pintura...

La inclusión de las habilidades artísticas escondidas dentro de esta metrópoli muestran la disciplina y pasión del ser humano por mostrar el arte: las expresiones de las distintas personas al ver una obra, al escuchar un cuento o la manera de contar la leyenda, la forma en la que leían los poemas o hacían con emoción las filas sin importar cuántas personas estaban frente a ellos, demuestra que la cultura está más viva que nunca, aquel respeto del espectador por una cultura olvidada pero no desconocida es tan grande que ratificó que nuestros antepasados no han muerto; por el contrario, están dormidos, y quizás, solo en esas noches se levantan, más vivos que nunca.

Al recolectar otros puntos de vista, me doy cuenta de que están más unidos que cualquier otro tema que puede surgir dentro de la sociedad. Aquí la edad es de admirar, ver a personas tan jóvenes comprometidas con la erudición artística, y a adultos mayores todavía con la camiseta puesta, todo para ver cualquier tesoro escondido cobrar vida.

Entre las preguntas más interesantes estuvo la siguiente: ¿qué te pareció la noche de los museos? La opinión de la persona no solo es lo que más importa, sino que es la manera de comprobar que lo visto en estos días no fue solo una alucinación o exageración de alguien amante de la cultura y las distintas formas de expresarse. En efecto, las respuestas se salieron un poco de lo esperado: palabras como identidad, historia, arte, tradición, memoria y diversidad fueron usadas para describir esas horas. La respuesta tan rápida que obtuvo este evento se pudo notar con esta pregunta, para que alguien pudiera sentirse identificado con la historia, las maravillas, los rincones, la luz y oscuridad de Tunja significa que en tan solo los pocos minutos que duraba cada muestra artística fue suficiente para hacer parte de los pilares tradicionales que sostienen a este templo antiguamente llamado “Tuncha”.

Las obras de arte se roban las miradas.

Muchas veces sabemos que las cosas están ahí, muy seguramente no es la primera vez que alguien pasa por la Casa del Fundador, el colegio de Boyacá, el Pasaje de Vargas, la Plazoleta San Francisco, la Universidad de Boyacá, la Pila del Mono, el Paredón de los Mártires, el Bosque de la República, entre otros sitios inmóviles y reconocibles dentro de la ciudad; sin embargo, no habían notado la importancia, historia, tradición y el significado que esa construcción guarda dentro de sus paredes.

Poder ver como miraban admirados la madera, las sillas, ventanas y hasta las paredes que ´cualquier casa tiene´ es sorprendente. Notar como, quizás por primera vez, grupos de personas se detienen a ver el techo de la Casa del Fundador y encontrar el significado, o que por fin encuentre el nombre de los distintos monumentos situados dentro del lugar, es ante esas miradas, fotografías, cabeza inclinadas por la atención y los murmullos al estar leyendo la descripción cuando cobra vida la ciudad, es en ese preciso minuto o segundo en que Hunza se levanta y deja salir el cofre de reliquias que tenía guardado y reservado por mucho tiempo.

Volviendo al talento artístico de Tunja, no estamos lejos de ver a las futuras personas que conservaran este legado que está dejando la ciudad. Los dibujos, las fotografías, las obras teatrales, musicales y dancísticas son la mejor manera de poder contar una historia, el medio que encendió la ciudad con magia, tanta que no se sintió el frio, que no se sufrió por una fila, ni mucho menos por no poder sentarse, lo que cotidianamente se podría decir que es un ´problema´ de rutina del ser humano, pasó a ser lo de menos para las personas que con el corazón fueron a disfrutar de estas noches de museos.

Entre las cosas impactantes dentro de estas noches, hablando con las personas que también vivieron y sintieron esta magia cultural, las palabras con las que describían este evento mostraba el impacto tan grande en tan poco tiempo. Entre estas descripciones se encuentran términos como identidad, historia, tradición, recuerdos y antepasados. Sin duda, es la mejor manera de describir a nuestra Tunja que ese día se levantó.

La unión entre el arte, la historia y las nuevas generaciones.


Algunas personas que empezaron la noche del 23 con incertidumbre, con la idea de ir a 'parchar' o solo caminar un rato, terminaron la noche de 24 deseando más, no solo en tiempo en días y horas para poder abarcar esta hidalga ciudad, sino más colores, cultura, grupos artísticos, música, universidades, personas, lugares y más de Tunja que es escondido por mucho tiempo. El próximo año, la expectativa será más alta, y así a medida que vaya pasando, no por los jóvenes sino por la historia. Muchas veces se cree que ya se ha visto todo, que los lugares no tienen más historia, pero ¿será verdad? Así entra al reto del estado, poder cada vez más, sacar de los tesoros escondidos más cosas mágicas de esta ciudad ahogada de la rutina.

Con todo esto y para cerrar, dejando a un lado las filas infinitas, el horario corto, los pocos días, el río de gente en poco espacio, la combinación entre el cigarrillo, el trago y tal o cual sustancia psicoactiva, la noche de museos es una mezcla del mundo mágico tunjano y el hambre de poder devorar el baúl de tesoros escondidos en lo que está sumergido está frívola ciudad. A través del viento resuena la cultura y grita por medio de este: arte, historia y antepasados transformados en tradiciones.

 

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