Un viaje llamado “alport”

Fecha de Publicación
Marzo 09 de 2021
Categorías:
Comunicación Social
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“Esos primeros viajes a Bogotá fueron un martirio, una angustia, nunca había viajado sola a la capital”.

Por: Javier Camargo

María Fanny Vega es una mujer de unos 45 años, estatura promedio y cabello corto, es profesora y madre de 4 hijos. Entre ellos una niña, quien durante su infancia tuvo ciertas complicaciones, que posteriormente iban a terminar convirtiéndose en el diagnóstico de una enfermedad huérfana llamada, síndrome de alport, enfermedad que ataca el riñón. María, junto a su esposo Ciro, vivieron una verdadera travesía para cuidar de Mariana en Bogotá, esta es una de esas pequeñas historias en uno de tantos viajes en bus.

Gracias a que hablé con el rector y porque él me entendió, me daba permiso dos días a la semana para poder viajar y estar con ella, así que iba los miércoles en la tarde para estar jueves, viernes y el fin de semana, de tal manera que mi esposo viniera a quedarse con mis otros hijos. Esos primeros viajes a Bogotá fueron un martirio, una angustia, nunca había viajado sola a la capital, no tenía la necesidad. Para poder llegar sola me contactaba con Ciro, y él me indicaba cómo llegar al hospital, así fue las primeras veces, pero ya después solo lo llamaba cuando estaba en la puerta del HOMI.

El día de su cumpleaños, miércoles 31 de octubre, salió al terminal de Tunja a coger el bus más o menos a eso de las tres de la tarde, llegó a Bogotá y estaba lloviendo torrencialmente, recuerda tener unos tenis color azul, un saco de lana, la maleta con sus cosas y una sombrilla pequeña, se bajó como de costumbre en la calle 170, tenía que llegar en Transmilenio, exactamente en el B82, pero ese día corrió dos números… estaba perdida.

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