¿Estamos avanzando o retrocediendo? El dilema de un país sin cultura ambiental.

Fecha de Publicación
Abril 13 de 2018
Categorías:
Comunicación Social
¿Estamos avanzando o retrocediendo? Un dilema de un país sin cultura ambiental.

Veinticinco jóvenes unieron su voz por el bienestar de la naturaleza; sin importar que provengan de diferentes partes del país, todos tienen un objetivo fundamental: evitar que se continúe la tala de árboles en el Amazonas.

Artículo de opinión

Por:   María Alejandra Munévar Vanegas

          Estudiante de asignatura Periodismo

          Programa de Comunicación Social - 8° semestre

Veinticinco jóvenes de diferentes partes del país unieron su voz por el bienestar de la naturaleza; sin importar que provengan de diferentes partes del país, todos tienen un objetivo fundamental: evitar que se continúe la tala de áboles en el Amazonas ya que este es uno de los lugares denominados como “El pulmón de Colombia”, donde aún se puede respirar aire puro. Por medio de una tutela, ellos pretenden evitar que el desastre ambiental sea mucho mayor.

Niños desde los 7 hasta los 26 años nos dan una gran lección, pues, cada uno preocupado por los cambios que se han presentado en sus departamentos y municipios, reúnen su voz para lograr un cambio; un cambio que a muchos de nosotros a veces no nos interesa, ni siquiera en uno de nuestros espacios más pequeños como nuestros hogares, vivimos agotando recursos sin preocupación; siendo uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, hacemos de nuestros diferentes ecosistemas un lugar inhabitable para las especies que habitan en ellos.

¿Cómo puede ser posible que dentro de nuestros “gustos” consideremos tener animales en vía de extinción en nuestros hogares?, ¿cómo podemos privarlos de la libertad cuando su función en el mundo no es otra más que ser libres y apoyar en los diferentes procesos que tiene la tierra?; ¿hasta qué punto llegamos a ser tan  inhumanos, que no entendemos el daño que les causamos?; es muy difícil dimensionar que la mayoría de los animales mueren en el proceso de traslado, o que celebraciones como la semana santa trae consigo una época critica para la fauna y la flora de nuestro país.

Es un proceso que muchos no quieren aceptar pues están de por medio los beneficios económicos que trae el tráfico de animales y recursos de flora que son explotados con otros fines; no podemos entender que un edificio nunca podrá reemplazar el aire que nos brindan los árboles para vivir, que nuestra salud cada día se ve más afectada por cosas que parecen insignificantes. El día que como seres humanos aprendamos a darle valor a los árboles, a los animales y todos los componentes de la biodiversidad que nos brinda nuestro país, ese día tal vez las cosas empiecen a cambiar.

Quizá ya la más de la mitad de nuestros recursos se encuentren agotados de una manera irremplazable, es momento de tomar conciencia y entender que nuestros recursos naturales no son “infinitos” y que debemos darles un uso adecuado, permitir el desarrollo libre de nuestros ecosistemas, tomar conciencia y esto quizá no depende solo de las nuevas generaciones sino de la labor de cada uno desde el pequeño aporte que puede hacer para reducir su huella ambiental en nuestro planeta.

Si niños de 7 años logran dimensionar los cambios que ha sufrido su región, por qué una persona adulta que lleva muchos años más de vida y de experiencia no puede entender que llenando de edificios y de plantas de construcción el mundo, no va lograr ser un país más globalizado, al contrario, tendremos un país sin riqueza natural, sin tierra para cultivar, sin agua para beber; con mucha tecnología, edificios inteligentes, invasión de espacio, si, con todo eso pero sin aire puro, con catástrofes naturales porque la tierra exige su espacio, con muchos más problemas que pudiésemos evitar.

Fotografía tomada de tomada de : www.google.com//Amazonas

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