Entrevista: “Siempre tuve claro que, hasta el final de mis días, iba a ser periodista”

Fecha de Publicación
Abril 09 de 2021
Categorías:
Comunicación Social
Foto: José Eliseo Vela M.

José Eliseo Vela Moreno, periodista de 64 años, es adepto de la honestidad y el respeto como principios fundamentales de la vida.

Su compromiso por la verdad lo ha conducido a tomar riesgos, pero que él justifica con su objetivo de entender la realidad y el periodismo en su esencia.

Por: Camilo Supelano Torres

Camilo Supelano: ¿Cómo surge su interés por hacer periodismo?

José Vela:  Tal vez la necesidad de divulgar las necesidades de las personas en los diferentes niveles de grupo, como son los barrios, los estudiantes, los trabajadores y entendiendo que siempre han sido parte de la realidad. También, el hecho de que las personas comunes no tienen como manifestarse o como expresar las diferentes situaciones que se presentan. Esto, hace que exista la inquietud de expresarlas porque no hay quien las dé a conocer en las instituciones o en las entidades que deben escuchar a la comunidad, pero eso va en uno, es algo que uno podría considerar vocación.

CS: ¿Cómo podría definir el término “vocación” en el ejercicio periodístico actual?

JV: En el marco del periodismo es el sentir. Primero, entender la realidad, pero, en segundo lugar, la vocación hace que se despierten y se pongan en acción todas nuestras herramientas de identificación de problemáticas, las herramientas de observación critica de nuestra realidad y la capacidad, obviamente, de poder narrarlas y poder llevarlas, ¿a quién?, a la opinión pública, ya que finalmente nosotros trabajamos, y ese trabajo se hace visible en la opinión pública, no en dos o tres personas.

CS: Usted estuvo en la escuela de periodismo del SENA ¿Cuáles diferencias existen entre el periodismo que enseñaban en esa época al que se enseñan en las aulas hoy en día?

JV: El periodismo que enseñan hoy en las aulas es muy superficial. En la mayoría de universidades, no existe la carrera como tal de periodismo, porque las universidades lo tenían como un complemento de la comunicación. Por ejemplo, no se profundizaba en temas como: desarrollar una relación integral y participativa con toda la gente que nos rodea, con los grupos objetivos de nuestras investigaciones, de entender que cada que publicamos una noticia, estamos hablando de una persona y que esa persona, a su vez, tiene un historial de padre, de hermano, tío, abuelo y nosotros a veces nos concentramos tanto en sacar la noticia sin importar ese factor humano que es tan esencial.  El periodista tiene que ponerse en los pies o en los zapatos de la persona que es parte de la noticia

CS: Usted menciona el hecho de ponerse en los zapatos del otro, ¿considera usted que el periodismo actualmente carece de empatía?

JV: Diría que la empatía es un aspecto esencial en las relaciones de las personas para que se puedan tener una comunicación asertiva. Pero yo pienso que, ponerse en los zapatos del otro genera más consideración y más responsabilidad en el tratamiento que se hace de la noticia, porque necesariamente toda noticia involucra un ser humano. Entonces, cuando lo entendemos como nosotros mismos, nos hacemos más considerados y responsables con él, por encima inclusive de la chiva o la primicia, por encima de la venta o el raiting.

CS: Usted ha logrado trabajar para medios como Boyacá 7 días, El Tiempo y también lo ha hecho de manera independiente. ¿cuál fue la mayor diferencia que encontró entre estas formas de hacer periodismo?

JV: La gran diferencia es la autonomía. Yo elijo lo que voy a publicar, yo elijo con el personal que voy a trabajar, yo elijo mi filosofía y el enfoque periodístico. La mayoría de empresas editoriales o casas editoriales en todo el mundo, tienen intereses más que todo comerciales porque tienen que buscar la línea del sostenimiento, que se adquiere a través de las relaciones estrictamente empresariales. Compra y venta, compra y venta. El periodista independiente tiene la posibilidad de decidir o de priorizar que la noticia esta primero que el cliente.

CS: Ryszard Kapuscinski, periodista y escritor ruso afirma en su texto “el oficio de ser periodista” que “los mecanismos de los medios construyen un mundo virtual, que reemplaza al mundo real” ¿Qué opina sobre esta afirmación?

JV: Es una visión muy contemporánea del ejercicio periodístico que tiene que ver con el cómo se hacía periodismo antes, cómo se pensaba el periodismo antes y cómo se piensa ahora. Hoy en día, a las personas que no son periodistas se contemplan con un interés estrictamente de ganancia. Pero todo ser humano, lleva un instinto de periodista, y esto se abrió mucho más con la apertura de las redes sociales. Lo que busca ese emisor de información es raiting. Pareciera que lo importante es que me siguieron 50 personas, que he tenido miles o millones de visitas. Hoy en día se percibe una realidad, más que vivirla es percibirla a través de la virtualidad

CS: Existe una diferencia entre el periodismo empírico y el periodismo de título universitario, que es el método de aprendizaje ¿Qué otras diferencias se podrían identificar con relación a estos dos tipos de periodismo?

JV: El empírico adquiere la experiencia, el contacto y la practica constante de recolectar y dar información, de relacionarse con la gente. Eso, lo convierte en periodista. Obviamente en el aula se adquiere una experiencia, un conocimiento teórico, pero, esa teoría tiene que entrar a hacerse efectiva en la práctica de la realidad, mientras que aquel que viene de la práctica al aula, busca perfeccionar su conocimiento. Los grandes periodistas, esos que dictaron catedra, los que generaron las bases de un periodismo para que pasara a la universidad se hicieron en las calles. Hernán Peláez Restrepo, es un gran comentarista y muy buen periodista deportivo, de los más responsables que se conoce y nunca estudió periodismo, él era ingeniero químico. A Gabriel García Márquez le negaron la posibilidad de tener una catedra en la Universidad de Caldas porque no tenía título. Entonces fue cuando sacó su famosa frase y dijo “mejor dicho ni Cristo ni Jesucristo podría enseñar en la Universidad de Caldas”

CS:  En una entrevista en el año 2017 que usted dio para unos compañeros de estudio, mencionó que en algún momento llegó a suplantar un mendigo. ¿cómo realizó el trabajo de investigación previo para involucrarse en ese tipo de periodismo?

JV: Eso es periodismo vivencial. Fue justamente un ejercicio de cómo me puedo poner en los zapatos de las personas que hacen parte de mi material de trabajo. Había una campaña en Tunja contra la mendicidad y entonces encontramos las fuentes oficiales que nos hablan de los problemas sociales, de las diferentes dificultades que hacen que una persona llegue a mendigar. Entonces, decidí hacer un trato con un mendigo que se ubicaba por la carrera 10, entre las calles 20 y 21, por el costado de la gobernación. Me puse a hablar con él antes de hacer este ejercicio acerca de cómo llegó él a ser mendigo. Me conectó con otros mendigos, con otros casos y conocí otras personas, entonces me dediqué a salir de noche por mi cuenta, haciéndome pasar como mendigo y conociendo ese mundo de la mendicidad y entre otras cosas, poniendo en riesgo mi vida.

Después de tener el conocimiento de cómo viven ellos y que clase de mendicidad hay, vi una serie de cosas como la relación tan especial que se forma entre un mendigo y un perro, a pesar de que no es la mejor vida ser la mascota de un mendigo. Entonces entendí que, para hablar de los mendigos, necesitaba ser un mendigo y así poder entender y explicar mejor que es lo que pasa.

CS:  Usted menciona algo muy importante a la hora de hacer periodismo como lo son las fuentes. ¿De qué forma llevó a cabo el tratamiento de las fuentes en el caso de la suplantación del mendigo?   

JV: Primero teníamos que sensibilizar esa población, que no es fácil. Principalmente porque tenemos un obstáculo grande de comunicación que es el lenguaje. Hay unas palabras y unos elementos claves que se usan en ese lenguaje, en ese mundo. Entonces, a mí me tocó aprender para poder comunicarme con ellos, porque a lo que nosotros llamamos necesidad, ellos le tienen otro nombre, a la que nosotros llamamos la persona que da la moneda, ellos le tienen otro nombre. El lenguaje sin duda fue muy importante, conocer el lenguaje de la mendicidad es clave porque eso nos ayudaba a entender como es ese mundo, porque hay un submundo ahí, yo no me atrevería a decir que una subcultura, pero si es una forma de vida distinta, que tiene sus medios de comunicación, o sea, sus herramientas comunicativas son diferente a las nuestras. Me pareció bien interesante porque es la realidad contada con otro lenguaje en nuestro idioma. 

CS: ¿Cómo calificaría usted la importancia de las fuentes en el ejercicio periodístico?

JV: Las fuentes son muy importantes. Especialmente, la importancia radica en el valor informativo que pueda tener esa fuente. Contrastarlas es definitivo, no se puede evitar hacer el contraste, jamás podemos publicar una noticia, sin haber contrastado las fuentes que hacen parte de esa noticia porque hay algunas que mienten.  El periodista está, precisamente, para evitar llevar una mentira. Se debe verificar el contraste que es absolutamente necesario. Las fuentes le dan el valor de la realidad a la información, a la historia y también contribuyen a valorar desde una especialidad, un hecho determinado. Es necesario un psicólogo, un sociólogo, un historiador, un comandante de la policía, para poderle sustentar y darle valor y veracidad a la información. Sin fuentes yo pienso que no sería posible, porque todo es una fuente. Si yo voy a entrevistar personas que estuvieron en un naufragio y lograron sobrevivir, yo no puedo participar de ese naufragio, pero la mejor manera de acercarme a esa realidad es a través de lo que esas fuentes me cuentan

CS: ¿Cómo se puede hacer el contraste de fuentes de manera responsable?

JV: Hay que mirar cual es la correspondencia entre fuentes. Si el señor “A”, habló del señor “B”, entonces yo debo darle la oportunidad al señor “B” de que responda lo que dijo el señor “A”. Hay otras fuentes que son las de contexto. Ocurrió un robo en la tienda del señor “X” aquí en la esquina. La fuente principal, me va contar como se vivió esa situación pues es la persona que fue atracada. Pero, también hay un contexto porque yo quiero contarle a la gente, como es vivir en esa calle. ¿Entonces que hago? Pues busco unos contrastes externos de terceros, para poder poner en contexto. Por ejemplo, alguien me dice que hace años se trasladaron unos policías a una casa y, desde entonces, no se presentaba inseguridad. ¿Entonces por qué ocurrió el robo?  El contraste y la evaluación de las fuentes, es decir, como individualizamos nosotros fuentes, es clave.  Debemos saber a quién preguntar, tenemos que buscar las fuentes que tienen un conocimiento directo o indirecto del hecho que estamos investigando, no debemos buscar fuentes que no tienen ningún conocimiento.

CS: ¿De qué forma o bajo qué criterios se pueden jerarquizar las fuentes?

JV: Hay fuentes generales, fuentes que son comunes, fuentes que son protagonistas y también hay fuentes institucionales. A esas ultimas son a las que menos se les debe creer, porque cuenta lo que conviene al estado, pero es necesaria. Un niño es una fuente que puede ser creíble, pero también se puede valorar como no creíble, porque el niño no tiene las dimensiones de la proporcionalidad en la información. Debemos mirar las fuentes por sus edades, su capacidad intelectual, su visión de la realidad de acuerdo a su madurez. Tenemos que conocer todas las partes porque la información tiene muchas caras y no podemos presentar una sola. 

CS: ¿Cómo se debe construir la relación entre el periodista y sus fuentes?  

JV:  Eso es algo muy importante, a veces muchos creen que un buen ejercicio periodístico de las relaciones publicas está en asistir a banquetes, a fiestas, invitaciones, paseos, ruedas de prensa y hasta entablar una amistad. Las fuentes del estado nunca deben ser nuestras amigas, debemos estar en una distancia muy neutral y prudencial, porque el estado siempre intenta convertir al periodista en su agente de prensa, y hoy en día vemos muchas notas en las que pareciera que el periodista no es el periodista, sino el jefe de prensa de esa institución. También se debe tener en cuenta que la actuación de una persona genera una respuesta, entonces, nosotros vamos a obtener respuestas iguales. En el periodismo hay que saber diferenciar que es lo correcto y que es lo conveniente. Lo más conveniente del periodismo es hacer lo correcto mientras que para otras áreas lo más correcto es hacer lo conveniente.

CS: ¿Considera que el periodista, con el paso del tiempo, en algún momento llega a dominar en su totalidad el tratamiento de las fuentes?

JV:  La metodología sí, pero las fuentes no. Las fuentes se pueden escapar de nuestro control por x o y razón porque ellos tienen sus propias conveniencias, sus propios motivos. Siempre debemos ejercer una metodología y no cambiarla, es decir, adecuarla a situaciones de acuerdo a la calidad de las fuentes. ¿cómo hago para hablarle a un campesino? No puedo llegar hablarle en un lenguaje que él no va a entender porque él no hace parte de mi circulo de comunicación.  La sociología es una herramienta auxiliar para poder hacer este ejercicio comunicativo, nos ayuda muchísimo en el entendimiento del porque las personas actúan de determinada manera, cuál es su forma de hablar, cuál es su forma de pensar. Con esa interpretación podemos lograr una buena relación sin comprometer nuestra ética y moral periodística. Eso nunca se puede comprometer

CS: ¿Qué consejo le daría a quiénes desean incursionar en el periodismo?

JV:  Hay que conocer el ABC del periodismo, que comienza en las calles, en la actividad y cotidianidad social. Ahí es donde el periodista establece lazos emocionales con la realidad y empieza a ser consciente de que hay buenos y malos, pobres y ricos. Ahí se debe decir, yo tengo estomago para ser periodista. Primero como persona. Segunda como profesional. También, seguir Los principios. Los míos han sido muy radicales. Me han llevado a que aguante hambre y viva muy modestamente porque nunca me torcí, nunca me volví empresario, ni nada por el estilo.  Cuando salí de El Tiempo decidí, y siempre lo tuve claro que hasta el final de mis días iba a terminar siendo periodista, y tratando de formar periodistas porque considero que, el periodismo debe distinguirse en la esencia de su ejercicio, por su pureza, su filosofía. Ahora todo es imagen, muy pocos predican periodismo.

La solidaridad, la bondad y la responsabilidad social son pilares fundamentales en la vida de José Vela. Su calidad de persona, se evidencia con el respeto y amabilidad que tuvo en esta entrevista. Así, este hombre incansable mantiene latente e incesante su deseo de llevar la verdad de la realidad social a los habitantes de Tunja y Boyacá. José entiende como base de la sociedad los valores, el sentido humanístico y los principios éticos. De esta forma, y según su experiencia, se podrá gozar de un periodismo más humano y con sentido critico que pueda expresar las realidades que las personas afrontan cotidianamente.  

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