Del banco a la cabina de radio
El locutor boyacense transmitía los reportajes deportivos desde el baño del banco donde trabajaba, admirado por jugadores mundialistas algunos lo llaman ´el locutor estrella del departamento`.
Por: James Amaya
Fermin Montoya Mojica, boyacense de pura raza nacido en el municipio de Tasco amante de la radio y la poesía, es uno de los pocos locutores deportivos que han construido su estilo propio y marcado la identidad de su voz en los medios colombianos.
-don Fermin cuénteme el día que Leonel Alvarez (exjugador de la selección Colombia) interrumpió una rueda de prensa para felicitarlo y resaltar su labor - pues James es algo inesperado, terminando el partido entre Boyacá Chicó e Independiente Medellín, yo me dirigía a hacer mi pregunta y me presenté le dije buenas noches mi nombre es Fermin Montoya locutor de RCN radio y cuando termine la pregunta me dijo antes de responderle quiero decir que admiro tu trabajo que lo felicito y que ojalá me reconocieran mi trabajo, esto para mí fue muy gratificante porque no me esperaba que un personaje que había sido técnico de la selección Colombia con tanto recorrido lo escuchara a uno y me dijera esas palabras elogiosas, en serio que es algo muy gratificante y algo que no podré olvidar. Se nota la alegría de don Fermín al relatar esta experiencia y cómo de seguro esto marcó su carrera de periodista.
Aunque la voz de este locutor no siempre ha estado ligada al mundo deportivo, desde sus inicios mostraba el gusto por la poesía y la admiración que sentía por la radio “Todo nace del gusto que tenían mis papás por la radio, en esa época que vivíamos en el campo no existía la electricidad, no existía la televisión no había llegado, entonces me tocaba escuchar mucha radio y se escuchaban las noticias, las radionovelas y las competencias de ciclismo y lógicamente el fútbol, pero me llamaba la atención la velocidad, la alegría e imaginar uno poder nombrar a cada uno de los jugadores, las emociones de gol lo que sucedía en el estadio, me apasionaba me llamaba mucho la atención y pensaba que algún día podría llegar estar allí”. Las prácticas de locución se ejercían en los descansos del colegio, don Fermín prefería sentarse a narrar los partidos que jugarlos, le producían más emoción.
El inicio de una carrera de cuarenta años
La cultivación de este proyecto como él le llama, dio sus primeros pilares en la emisora comunitaria de Paz del Río, la voz minera de Colombia, a sus 16 años ya era director de su propio programa de poesía donde interpretaba largos versos sacados de libros del maestro Indio Rómulo, allí duró unos pocos años mientras culminó su bachillerato. Tras finalizar sus estudios decidió viajar a la capital y continuar con su carrera de periodista ingresando a la escuela telecomunicaciones, donde finalizó con éxito y con experiencia en una radio de Bogotá, aunque quiso erradicarse en la ciudad capital, no pudo por el deber que tenía con su familia y es que su señora madre se encontraba sola y no había quien la cuidara. Es así como don Fermin decide regresar a tierras boyacenses y consolidar una carrera de locutor que lo une al grupo de grandes locutores deportivos del país.
Amor por la profesión
Para nadie es un secreto que las posibilidades económicas para un periodista no son nada fáciles, “algunos alcanzan a sobrevivir con lo poco que ganan y quizás algunos viven de la pasión por nuestra labor, por mi lado me tocó construir dos profesiones que no tienen nada que ver, pero sin duda me hacen muy feliz”. A este amante de la literatura le tocó llevar una vida un poco fantasiosa, en los días cajero de banco y en las noches locutor de radio, una carrera que apoya la otra para poder llevar un equilibrio.
“Fue así como un día tenía que hacer un reportaje para el noticiero de RCN en la mañana, y yo ya tenía listo mi guión, el cual estaba escrito en unas hojas donde estaba toda la información que había recolectado el fin de semana en el estadio y algunas declaraciones de unos jugadores del cuadro Patriotas que había jugado el fin de semana. Como era en la mañana, yo estaba trabajando en el banco y me tocaba meterme en el baño para poder hacer la transmisión sin que nadie me interrumpiera, con lo que yo no contaba era que se me iban a quedar las hojas y me tocó arrancar la transmisión improvisando totalmente como 5 minutos mientras me trajeron toda la información”. Estos son los reflejos de un hombre entregado a la radio que ha sabido llevar sus profesiones por un mismo camino.