CORREDOR: EL HOMBRE QUE HIZO DE SU APELLIDO SU MAYOR META

Fecha de Publicación
Septiembre 04 de 2020
Categorías:
Comunicación Social
Corredor

Herder Herberto Vázquez Corredor, atleta colombiano de larga distancia, nació el 20 de junio de 1967 en el Manzano, Sotaquirá. Egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia como Licenciado en Educación Física.

“Mis primeros premios fueron una: peinilla y un dulce”

 

Por: Paula Andrea Burgos Monroy

“Mis primeros premios fueron una peinilla y un dulce”, Herder Herberto Vázquez Corredor creció junto con sus padres Berenice Corredor Cepeda y José Anatolio Vásquez Fonseca; y con sus hermanos William, Anatolio, Mirtha y Franklin, siendo Herder el mayor de todos. “Fue una infancia feliz, crecimos en el campo donde jugábamos calarquero, a imitar a Zapen y a empujarnos en zorras, siempre encaminados hacia el deporte.”

 

“Con mis alpargatas gané un dulce”

En su infancia tuvo inicios de asma, este fue el detonante para que él empezara a correr, ya que el doctor le indicó a su padre que tenía que llevarlo a caminar a diferentes lugares como a Paipa, municipio que quedaba a unos cinco kilómetros de su casa. Gracias a estas prácticas, su enfermedad fue desapareciendo y al crecer adquirió el gusto por el atletismo, aunque surgiera como un hobby.

 

‘El libertador’

Comenzó corriendo en la competencia de restaurantes que organizaba un amigo cercano a su familia, participaba en nombre del establecimiento comercial de su padre, ‘El Libertador’. Los premios eran: una peinilla, un jabón y un dulce. “Yo corría con zapatos, entonces le dije un día a mi papá que me comprará unas alpargatas de suela, pero empezaba uno a andar y le comenzaban a sentar las piedras.” Sin embargo, en su primera carrera ganó el dulce por llegar en tercer lugar y en la siguiente obtuvo la peinilla por lograr el primero.

 

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Su primera experiencia

“Mi primera carrera en calle fue en Duitama, y recuerdo mucho que ni mis padres ni yo sabíamos qué debía comer antes de ir. Así que mi mamá me dio un pedazo de carne con una buena ensalada y yo me fui así, pero obviamente eso era muy pesado para 15 km y más para mi primera competencia en la categoría de mayores. Yo empecé a correr y solo pensé en terminar, no recuerdo ni en qué puesto quedé, solo que salí de esa carrera a trasbocar todo lo que me había comido.”

 

Reconocimiento mundial

En 1984 empezó a notarse su habilidad en los juegos intercolegiados. “Yo tenía apenas 17 años, logré clasificar en 1.500, 5.000 y 10.000 metros y conseguí dos medallas de bronce y una de plata.” Su carrera de ahí en adelante empezó a despegar, comenzando por unos juegos nacionales que se realizaron en Villavicencio donde obtuvo dos medallas de plata en 5.000 y 10.000 metros. “Entré en la categoría junior, ahí logré clasificar a un panamericano y luego a un mundial que se realizó en Grecia. Ya con mi primer mundial empecé a tomarme el atletismo más en serio.”

 

El rincón de los recuerdos

Los recuerdos de sus competencias se encuentran en un pequeño rincón de su casa con una pared que está llena de medallas, las más importantes, las internacionales colgadas arriba y las nacionales abajo, además de sus trofeos que posan en una mesa que mantiene llena, sin embargo, los premios con más valor tienen cada uno una repisa diagonal a las medallas, allí se encuentran los de maratones, mundiales y olimpiadas.

“Mi papá intenta guardar los trofeos más importantes, pero aun así tiene muchos, y eso que hace poco tuvimos que botar algunos porque no había espacio dónde ponerlos”. Cindy Alexandra Vásquez Solano habla de su padre con tal emoción como la de cualquiera al hablar de su héroe. “Es un hombre muy emprendedor y comprometido, es demasiado humilde, no olvida de dónde viene y nos lo ha enseñado desde que tengo memoria.”

 

Perspectivas de su persona

“Con Herder fue una dicha muy grande porque mi Dios lo bendijo con ser una persona muy humilde, disciplinada y enamorada del deporte, que supo hacer las cosas y salir adelante con la ayuda de nosotros”. Para Berenice Corredor, su hijo es un orgullo, “Ha sido una persona muy querida, un buen hijo, un buen padre, un buen hermano, mejor dicho, una belleza de persona.”

“Herder es el resultado de un hogar bien formado, donde le enseñaron muchos valores y esa es la razón por la que es un ser humano tan íntegro, además de ser un excelente atleta, es una excelente persona”. Josué Rodrigo García, entrenador de nivel 4, habla con admiración acerca del atleta. “Empecé a ser su instructor en el ITA de Paipa hace 37 años, ha sido uno de los muchachos más inteligentes que yo he tenido y en el cual encontré dos cosas que son fundamentales en el deporte: la disciplina y la pasión.”

 

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Su marca nacional es insuperable

Su primera media maratón fue en Francia en 1995, donde quedó como séptimo en el mundo; luego, clasificó para otro campeonato mundial en Canadá, pero se lesionó y decidió no asistir. En 1996, participó en su segunda olimpiada que se realizó en Atlanta. Después, pasó a un certamen del mundo de Cross, fue campeón y estableció su marca. La Revista Semana del 15 de abril de 1996 tituló “Herder Vásquez” y la nota hacía referencia a la victoria que obtuvo el atleta en la media maratón de Kioto, Japón. “En esa maratón mundial quedé campeón, además logré alcanzar mi marca nacional que está en una hora, un minuto con veintinueve segundos.” Actualmente en Colombia no existe mejor marca en una maratón, ya que nadie ha podido alcanzar este tiempo

 

¿A qué se dedica ahora?

En 2004, Herder se aleja de las competencias de alto rendimiento, pero siguió participando, aunque no en carreras tan exigentes. “Me retiré el año antepasado por una lesión, tengo una condromalacia patelar que es un desgaste entre la rótula, el fémur, la tibia y el peroné. Sin embargo, no dejo el atletismo, porque a pesar de que ya no pueda practicarlo, lo sigo amando como entrenador. Hoy en día tengo un club de atletismo que entreno desde hace 8 años, hasta ahora les puedo dedicar el cien por ciento de mi tiempo.” A pesar de los logros, algunos jóvenes se han retirado, pero él sigue con quienes tienen constancia y amor por este deporte.

“Lástima que todos los niños no son consagrados, él trata de ayudarles, pero no hay disciplina. Él quiere hacer lo mejor para esos niños, tiene algunos a quienes les ha ido bien y esperamos que sigan adelante en sus estudios y en su deporte, pero que además tengan bondad.” Berenice habla con mucha honestidad sobre este tema y su esposo, Anatolio, la complementa. “Lo que pasa es que a ellos cuando les va bien quieren es ya dedicarse a las competencias de lleno, sin entrenar, porque son de familias con bajos recursos y ellos ven es cómo ganar el premio dejando de lado la disciplina deportiva.”

 

Sin disciplina, no hay atletismo

“Si realmente les nace ser atletas, tienen que ser muy disciplinados porque aquí uno puede tener el talento más grande del mundo, pero si no entrena día a día pues seguramente no va a llegar lejos. Entonces yo les diría que sean muy disciplinados, que lo hagan con pasión y sin esperar nada a cambio.”

Herder Vásquez seguirá entrenando, montando bicicleta, jugando billar por diversión y amando el atletismo, pero nunca se borrará de la historia deportiva de Colombia.

 

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