Aún te llevo en mi nombre

Fecha de Publicación
Agosto 23 de 2021
Categorías:
Comunicación Social
Etiquetas:
Opinión
Cáncer de células dendríticas

Un niño que le sonreía a la vida y la vida le da unas de las afecciones más extrañas siendo el quinto caso en todo Colombia, sin duda alguna unas de las enfermedades que ningún ser humano quisiera experimentar.

La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida "a que le tienes miedo"
-André Malraux

Por: Kevin Nieto

Es difícil ver la casa vacía del señor Constantino, ya sin su esposa e hijo son solo cuatro paredes y un techo, de ya no escuchar una palabra de Santi relatando cómo fue su día a día no lo convierte ya un hogar, nadie se esperaba que los días ya estaban contados para Santiago solo hay que esperar que el tiempo cure todo y aceptar la nueva realidad que se plasmará en los siguientes años para el señor Constantino.
Imagínate una necrosis que consume tu piel lentamente, estos son los primeros síntomas que presenta la leucemia en células dendríticas, es una nueva patología que se manifiesta mediante la dermis, no tiene tratamiento ni cura, en Colombia con el paciente David Santiago Bellón Amaya es el quinto caso que se presenta hasta el momento en dicho país.
Este es el triste caso de David Santiago Bellón Amaya, el niño de la sonrisa parlanchina, amigable y segura que sin duda alguna brindaría amor, cariño, y una buena amistad como cualquier otro niño.
Era una mañana muy soleada Ludí y Constantino iba rumbo al hospital ansiosos de recibir la llegada de su hijo, quien se convertiría en la alegría y la unión fuerte entre ellos dos, era el triángulo perfecto entre todas las familias en el hospital san Rafael de Tunja, un chico sano de cabello rubio y ojos claros con un excelente estado de salud se convertiría el nuevo integrante de la familia Bellón, al pasar los años llega la mejor etapa para un joven la pre adolescencia, esa etapa en donde ya comienzas a sentir cosquillas en el estómago por una chica y dejas los juguetes entre otros hábitos más.
No inicio el mejor año escolar según su mejor amigo Miguel ángel era unos de los integrantes para la organización del día de la mujer en el colegio la Normal cuenta que ese chico rubio era muy tímido y callado nosotros con otros amigos más lo llamamos para que nos diera ideas para impresionar a las chicas pero no fue útil para nada solo nos miraba callado como un idiota. 
Ya al segundo día lo veía pasearse solo en el colegio me le acerqué y le dije que si quiere ser mi mejor amigo, a él le brillan los ojos y dijo que si, pasaron los días en el año escolar pero algo no iba bien en el sistema inmunológico de aquel chico rubio daría un giro inesperado, después de unos días ya casi no iba a clase su amigo se preocupó bastante que lo veía hasta con tapabocas Miguelo no le prestó tanta atención a lo que sucedía él pensó que se trataba de una gripe pero no fue así rogaría que hubiera sido así tal vez estaríamos jugando futbol o yo que sé Xbox. Recuerdo una vez que no fue a estudiar tres días llamé a su casa y me dijeron que estaba hospitalizado no me contaron a detalle lo que pasó pero me quedé con la duda, decidí escribirle por “waa” y para mi sorpresa él me dijo que tenía leucemia, duró así hasta que le dieron de alta, pero después no sé qué pasó la leucemia se le alborotó y lo tuvieron que internar en la clínica, la última vez que hablé con él en persona me dijo que ya estaba aburrido y cansado de los medicamentos.
La mayoría de veces, los medicamentos hacen que nuestras vidas sean mejores. Claro, reducen los dolores, ayudan a combatir infecciones y controlan afecciones, como la presión arterial alta o la diabetes. Pero los medicamentos también pueden causar reacciones no deseadas.
Era un lunes dos de septiembre del dos mil diecinueve a la hora de las tres de la tarde, en el hospital San José Infantil de Bogotá donde el joven de catorce años de edad no se sentía muy bien, la fatiga, las náuseas, el vómito la diarrea, y los diferentes tipos de dolores que se propagaban desde su cabeza hasta cada fibra de sus músculos invadía el cuerpo de David Santiago Bellón Amaya son los efectos secundarios de la quimioterapia, tres horas después de que a él le se le realizará el proceso para acabar con el tumor maligno que lo mataba lentamente.
Los efectos no mejoraba, pero constantemente los médicos le hacían un chequeo para evaluar su estado de salud, no era tan preocupante ya que los efectos secundarios que produce el cáncer son normales en los  pacientes, solo que cada uno de ellos lo experimenta de distintas formas.
Llegó la noche y su estado seguía como el último diagnóstico dolor, vómito y diarrea, su madre se percató de que él no se encontraba bien, puesto que, siempre las mamás tienden a tener un sexto sentido cuando un hijo no está bien ellas lo presiente, es algo que todas las mamás tienen, en ese abrir y cerrar de ojos ella coge su móvil y antes de acostarse decide escribirle a cada uno de sus familiares, que Santi seguía con los mismos síntomas y que estaba muy mal.
De esta misma manera cigarrillo tras cigarrillo la ansiedad y las preguntas no dejaban de cesar para la señora Yolanda Alarcón Herrera tía de Santiago, quien recibió el inesperado mensaje, estando en Tunja en el barrio los Muiscas, con su fe puesta en Dios e investigando por su lado ella sabía que su Santi saldría de esta y que todo iba a mejorar, afirmando mientras se fumaba su cuarto cigarrillo de su segunda caja de LYM: Algo que sí reconozco y estoy muy agradecida es que el expresidente Santos aprobó la ley para los enfermos de cáncer al menos le brinda esperanza a uno como persona no como ese hijueputa del Uribe, intenta reírse pero no consigue hacerlo, paso la sublime noche y ese dos de septiembre nadie pudo dormir ante la impotencia de no buscar una solución a lo de Santi 
Al día siguiente, el Martes tres de septiembre a las cuatro y catorce de la mañana, recibí una llamada de Ludí la mamá de Santi diciéndome entre lágrimas que él no estaba bien, sufrió un pre infarto y sus vómitos eran constantemente, de una vez me duché no me importo un culo si el agua estaba fría o caliente solo quería llegar al hospital. Johana Bellón quien decide llamar por medio de una aplicación el cabifit que le brinda al usuario un transporte de dos ruedas como pasajero, ya que en Bogotá por el tráfico las motos andan más rápido y pues para esta ocasión ella necesitaba llegar al hospital, a pesar del contratiempo ya era tarde desde suba hasta el hospital San José infantil era un gran recorrido, le tomó aproximadamente hora y media viajar desde su casa hasta el hospital para su sorpresa el niño ya había muerto hace 15 minutos David Santiago Bellón Amaya Murió el tres de septiembre del dos mil diecinueve faltando un cuarto para las seis de la mañana de un paro cardiorrespiratorio producido por la leucemia de células dendríticas.
La mañana del martes en la que falleció el joven fue una mañana de silencio y de no asimilar que había muerto, muchos se culpaban de varias cosas pero en el rincón de la casa donde toda la familia estaba reunida para la llega del cuerpo de su ser querido en Tunja, se encontraba Alex, arrepentido se sentía muy culpable por que dejó sólo a su primo no se imaginaba que iba a morir de la noche a la mañana sus ojos rojos de tanto frotarse las manos en su rostro para limpiar sus lágrimas cuenta Doña Yolanda. 
Todos guardaban la fe de verlo levantarse una vez más de esa camilla, la noticia se corrió por todas partes, en los colegios de comfaboy y la norma superior de barones ya sabían del destino que tuvo Santi, estaban de luto y presentes en la funeraria San Francisco, Don Consta, así como le dice sus familiares de cariño, no lloraba al frente de la multitud presente, su ruta era desaparecer e irse a una esquina y llorar, este proceso se repitió varias veces hasta el jueves cinco de septiembre del mismo año, Doña Yolanda no le gustaba que él desapareciera ya que Don Constantino sufre de diabetes y con lo que estaba pasando su enfermedad podría empeorar.
Ha llegado el momento más difícil de un padre, y es de ver morir a su hijo de tener que decirle adiós por siempre, Constantino padre de Santiago cuenta las últimas horas que vivió con su hijo, diciendo lo motivado que estaba y que nunca se le va a olvidar el gesto tan humano del Oncólogo Pediatra el doctor Lopera llegando hasta su hijo que estaba postrado en la camilla y rodeado de cuatro paredes con vista a la enorme ciudad de Bogotá con un carisma enorme le decía vamos mi campeón una más. 
Al norte de Tunja en el cementerio jardines de santa Isabel, era una mierda ver todo ese escenario, como el señor Constantino le proporcionaba tres picos al ataúd de su hijo y ver cómo lo bajaban a ese gran hueco de tres metros, afirma él que recordó las últimas palabras de su hijo. Papá, vete ya has estado mucho tiempo conmigo, ve a Tunja y haz tu vueltas estaré bien con mamá, palabras que escuchó el señor Constantino Bellón después de que acompañó por últimas vez a su hijo en la quimio para luego así marcharse rumbo a Tunja en el bus de libertadores. 
Ya pasaron tres días de la partida de su hijo, tener que ver cómo retira lentamente algunos de los accesorios de su hijo y escuchar como relata una anécdota con cada pertenencia de él se convierte en un silencio profundo en la casa, su hermano se le acerca con mucho dolor diciéndole que no se preocupara, que Santi lo quiere mucho donde quiera que esté porque él ya cumplió con el deber de padre, todos en la casa se marcharon dejándolo solo y unas de las preguntas que surgen en ese gran silencio fue:
¿Usted le tiene miedo a la muerte?
Levanta su mirada y sutilmente responde: he aprendido a no tenerle miedo a la muerte, la muerte es solo una acción que se da en el momento y ya… a lo que le tengo miedo es al tiempo, por qué el tiempo es el único que le restriega a uno todo lo que desperdicio por tener preferencias en ese momento dado.

En memoria y dedicación para David Santiago Bellón Amaya. 
 

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