Es considerada como un campo aplicado de la Psicología que indaga por fenómenos individuales y sociales en torno a las emociones y su relación con la salud mental de las personas, en los diferentes contextos en los que estos se desenvuelven. Se cree que la clave para resolver muchos de los problemas de salud reside en la comprensión de las disfunciones cognoscitivas, el procesamiento cognoscitivo y la dificultad para expresar emociones de las personas.
Se considera además, que las variables psicológicas como la forma de interpretar y afrontar las situaciones problemáticas a las que se ven expuestas las personas en diferentes contextos son clave a la hora de prevenir e intervenir en situaciones de precaria salud mental, las cuales pueden ser fomentadas y potenciadas a partir de la proyección social. Es importante resaltar que los trabajos que se generan en esta línea son realizados desde un enfoque investigativo de carácter social que responda a las necesidades de la población en el tema de salud mental. La línea trabaja en torno a la modificación de interacciones sociales e individuales nocivas para la salud mental de los grupos humanos, del diseño e implementación de estrategias psicológicas en la prevención y mitigación de los problemas de salud mental de los individuos en los diferentes contextos.