Dulce beso: la sensación del placer

Fecha de Publicación
Marzo 26 de 2019
Categorías:
Psicología
dulce de color blanco sobre un papel seda de color azul

Hace 50 años, un señor a quien llamaban “don Ferro”, un campesino que trabajaba en la antigua plaza de mercado de Villa de Leiva quiso cambiar una tradición que para él era familiar.

Hace 50 años, un señor a quien llamaban “don Ferro”, un campesino que trabajaba en la antigua plaza de mercado de Villa de Leiva, quiso cambiar una tradición que para él era familiar; los dulces que su mamá hacia eran  tan exquisitos, tan deliciosos que fue el legado que le dejó para salir adelante. “Estos pequeños dulces eran famosos en su puesto en la plaza, pero con el tiempo su trabajo empezó a disminuir, la gente no quería comprar los biscochos porque no eran llamativos. Un día al comer un caramelo de los que le sobraban le llegó a su mente que estos podían tener un nombre, su inspiración lo llevó a denominarlos “besitos de novia” “porque tenían el sabor y el amor del beso de una mujer”. Cuenta Graciela Pineda, hoy en día fabricante de esta famosa golosina que le da vida al corazón de las personas que la prueban.

El negocio “Panadería la Villa”, tiene la apariencia física de una casa normal, al entrar pareciera que fuera una tienda de barrio, porque se encuentran empanadas horneadas, gaseosa, pan, rosquillas, dulces, tres sillas y una mesa, pero esto no es nada comparado con la cantidad de besitos que asoman en la vitrina y en las cacerolas, todos ordenados paquete por paquete, listos para la venta, estos le dan un toque de color a su negocio, en un momento se siente el olor a dulce y a pan recién salido del horno, este aroma es suficiente para llamar la atención de los clientes que intrigados entrar a comer allí.

 

“Besitos a la orden a cualquier hora, como los quiera como los prefiera” dice doña Graciela que al momento de salir a atender, muestra sus manos arrugadas llenas de harina, su delantal un poco manchado por la salpicadura de la batidora con la que prepara las mantecadas y el merengue, lo que refleja que su trabajo no es fácil, pero que lo hace con el corazón. “No necesito  de muchos hornos y trabajadoras para sacar más de 200 besitos en un día”.

El rostro de Doña Graciela refleja nobleza y humildad  al momento de contarnos cómo prepara los besitos de novia. “Primero necesitamos un recipiente en donde vamos a meter los ingredientes, una batidora, un horno y unas buenas manos que le den el toque de sabor. El besito es un bizcochuelo, semejante a una mantecada, que se elabora con harina de trigo, yema de huevos, mantequilla, azúcar y una cucharada de polvo para hornear”.

Primero echamos la mantequilla a una olla, en la misma azúcar, luego empezamos a mezclar con la batidora, después de estar derretida la mantequilla, se agregan las yemas de huevos, enseguida se vuelve a batir, después de ya estar bien batidos los huevos, introducimos la harina, seguido el polvo para hornear, se bate bien todo hasta que quede en su punto, se toma el molde de 80 cm por 50 centímetros, ideal para la elaboración de 80 besitos, se unta de mantequilla por dentro, se le agrega un poco de harina esto para evitar que la masa se pegue al molde y se adiciona toda la mezcla. Se tiene que dejar  el horno pre calentado a 180 grados durante 30 minutos, después de ya estar caliente el horno metemos la mantecada, se deja por un tiempo de 40 minutos, la sacamos del horno, la dejamos enfriar 8 minutos y la tortilla queda jugosa, blandita y lista. Después de que está frío el molde, cojo un cuchillo y empiezo a separar las tortillas en porciones de  6cm por tortilla que yo corto y de ahí me salen 50 en cada molde”.

Su ingrediente principal es “el merengue”. “Es lo que hace la diferencia entre un besito y una mantecada, éste se elabora con claras de huevos, mucho azúcar y se usa la batidora para darle la consistencia a la mezcla, a medida que la batidora va ablandando las claras de huevo, se le va agregando más y más azúcar, llega un momento en que se endurece la forma de saber que está lista para aplicársela al bizcochuelo y meterlo dentro del horno, es volteando el recipiente boca abajo, si no se cae está listo. La forma en la que yo aplico el merengue a la mantecada es solo por tres caras, de ahí los meto otra vez al horno por 20 minutos y los saco, esto hace que su sabor sea más delicioso, así hago con todos los moldes.

Lo sorprendente de todo esto es lo delicioso que queda, un bizcochuelo siempre fresco, un sabor que recorre nuestras pupilas gustativas, su sensación de placer es inevitable ya que con una sonrisa, el cliente demuestra su satisfacción.

“Definitivamente estos son los besitos de novia más deliciosos, siempre que vengo de visita le compro a doña Graciela porque los de ella son únicos” es la respuesta  de Matilde Soto habitual compradora de estos.

Al ser una empresa tan pequeña en infraestructura y en maquinaria, el amor que le impone a su trabajo y  la cantidad de besitos que salen diariamente son el resultado de su éxito. “En época de turismo yo vendo 350 besitos de novia en el día, a veces entre semana vendo 200 o 300 depende las ventas, pero cuando no viene tanto turista vendo la mitad, así sobrevivo”.

 

Son 10 besitos por paquete el cual tienen un costo de 6.000 pesos, pero no es lo económico y su sabor lo que lo hace tan llamativo, para doña Graciela su envoltura también forma parte de la estrategia de venta. “Antes no se usaba, simplemente se metía el besito en una bolsa  y se vendía así, aunque no se sabe de dónde salió la idea de envolverlos en ese papel, ahora se usa para darle más imagen. Primero yo encargo el papel ceda, en Bogotá, de allá me lo mandan cada semana dependiendo las ventas, cada trozo mide 80 centímetros, corto los trozos de papel para cada besito, que más o menos miden entre 20 o 25 centímetros, una medida exacta para poderlos envolver bien y en forma de regalo, usamos diferentes colores amarillo, fucsia, verde, naranja morado y muchos más, trato de envolverlos en colores vivos para que los besitos sean más llamativos. Por debajo para que no se pegue el merengue se usa un trozo de papel ceda más pequeño, este mide 10 de largo por 8 centímetros de ancho”, esto hace que el besito mantenga su forma y pueda tardar hasta 1 mes sin dañarse.

Es un alimento artesanal, y aunque el decreto 3075 de 1997, se afirma que “la salud es un bien público y a todas las fábricas y establecimientos donde se procesan alimentos; los equipos y utensilios y todo el personal manipulador de alimentos  requieren de un registro sanitario”, este producto circula de mano en mano sin ningún registro.

“Su empaque es importante, hace que el dulce tenga más forma y sea más llamativo” dice Elda González, turista que con frecuencia visita el negocio de  doña Graciela y compra los dulces ahí porque sus dulces son únicos y deliciosos. “Mis productos yo los elaboro con la mayor calidad, para que mis clientes estén satischechos”, afirma doña Graciela Pineda.

 

En Villa de Leiva actualmente se encuentran tres fábricas (incluyendo entre las tres la de Doña Graciela) donde se realiza este delicioso manjar, “No se ha dado la oportunidad de expandir el negocio en otras ciudades porque los besitos de novia son de Villa de Leyva y la idea es que las personas vengan a comprarlos acá” dice doña Graciela Pineda.

Al visitar las otras fábricas encontramos la de “doña Carolina Gómez” quien también lleva muchos años fabricando estos deliciosos dulces, al entrar allí observamos un negocio más pequeño con un solo horno, una batidora, dos vitrinas con rosquillas y su especialidad los besitos de novia. “Estos cuestan 7.000 pesos, vienen 10, lo diferente de los demás que venden por ahí, es que nosotros dejamos el bizcochuelo bien jugoso” afirma Carlos García, trabajador de esta pequeña fábrica.

“Me gusta comprar los besitos de novia acá donde doña Carolina, porque son ricos y su sabor es diferente al de los otros negocios” dice Adriana Roncancio habitante de Villa de Leyva.

Esta deliciosa golosina la consumen los niños, pero en especial los adultos, porque ellos saben que es un alimento artesanal que vale la pena  comprar.

El beso de novia, se prepara diferente en cada fábrica, así como doña Graciela le aplica su sabor, doña Carolina también tiene el suyo, pero hay más sitios donde se elabora el producto, por ende este negocio se convierte en una competencia entre las mismas empresas que elaboran el bombón.

Cada negocio tiene su forma de elaboración, en de la esquina bajando (donde doña Graciela) son ricos, son aguaditos, donde doña Carolina  también son ricos, cuando puedo los compro allá o en cualquiera de las dos partes, me parece que su sabor es el mismo” dice Roberto Cotachíra, habitante de Villa  de Leyva.

Al comenzar el día doña Graciela Pineda no ve la hora de levantarse a elaborar sus deliciosos besitos, ella se siente orgullosa de su trabajo, de lo que es como persona y de lo que tiene y aunque los años no vienen solos siempre trata de darle buena cara a la vida, su negocio es su pasión diaria y como ella humildemente dice “no importa la hora que sea, siempre y cuando me avisen con tiempo, tendré los besitos de novia listos y deliciosos para mis clientes”.

 

Por: Óscar Eduardo Vela González

         Andrés Felipe Fuerte Soto

         Estudiante de Comunicación Social

Compartir