Acercándonos a la literatura: Me quedo contigo

Fecha de Publicación
Octubre 05 de 2020
Categorías:
Comunicación Social
Foto: Archivo

En este apartado, podremos contemplar las producciones escriturales de nuestros estudiantes de Redacción básica. Cada semana, podrás visualizar un nuevo capítulo de las fotonovelas. En esta ocasión, el primer capítulo de: Me quedo contigo.

 

Por: Kelly Mariana Páez Peralta.

Capítulo I: Del techo a la pared, de la pared al techo, de ahí a un punto qué nubla tu visión, pero tu mente se aclara y puedes ver lo blanca que es cuando no sabes qué pensar, intentas imaginarte algo, pero ya todo de ti está cansado. En ese punto estoy desde hace dos meses, pero con una única diferencia, en ese algo había esperanza, no de que volviese, sino de que el tiempo retrocediera y nunca hubiera dudado en irse. Se comprendería que estoy sola, no diré precisamente un sí porque estaría mintiendo, pero puedo decir que tengo una compañía intermitente, viene y se desaparece o la hacen desaparecer – cierro el libro volteo a mi izquierda y mi alegría habla por mí- ¡Terminé antes que tú! - los dos reímos.

LECTURA

Tan pronto como nuestras risas quedan en ecos, Axel me miró de una forma tierna y nostálgica, me acerqué a él y con tranquilidad le digo – todo va ir muy bien- él asiente con la cabeza, pero los dos sabemos que todo puede pasar y más ahora que el virus se está propagando de una manera exagerada y con solo salir, ya es peligroso, ¿Cómo será montarse a un avión hacia Londres? La emoción de que se cumpliera su sueño es una maravilla, pero quizás llegó en el momento Equivocado, su sueño siempre fue sacar un libro en una editorial y hoy ya se está cumpliendo, por eso no quiero que tenga duda; la idea es que se vaya con toda la seguridad y la conserve durante los tres meses que se le han contratado. Rompo el silencio – es hora de irme, ya empieza mi turno – me despido de él con chistes y besos. Al ver que está mejor de ánimo me dirijo al hospital no sin antes regar las rosas que, como costumbre, me había enviado hace una semana al trabajo. Definitivamente detalles que animan.

Llegando al hospital me encuentro con Emilio, un hombre de 75 años quien ya hace tres semanas le habían confirmado positivo para COVID-19. Estaba dentro de la UCI por el hecho de que encima a éste diagnóstico, padecía una enfermedad pulmonar por más de 10 años; aun así, esto no le ha quitado la sonrisa y cada vez que nos ve entrar a mis compañeras y a mí, dice – esto no parece un hospital sino un cielo – todas reímos y seguimos haciéndole el procedimiento habitual. Es tan confortante ver como siempre está tan alegre y emotivo haciendo caras raras e ignorando el hecho que permanece en una cama y que su factor de riego a la muerte es tan alto. Cuando el trabajo se realizó, seguimos con los demás pacientes, pero de vez en cuando me quedo un rato con Emilio, su compañía es muy amena para olvidar un poco la situación en la que se encuentra el hospital en estos momentos.

ROSAS

Siendo las 2:00 p.m. me alisto para empezar el nuevo turno, entro a la sala de urgencias y en el último pasillo escucho a Paula gritar desde la habitación - ¡Código azul! – mis piernas se dirigen con saltos a la habitación. En la camilla veo como Emilio tose hasta más no poder, por el rabillo del ojo me ve e intenta sonreír pero la toz toma poder otra vez de sus pulmones, me salto todos los protocolos lanzándome a la camilla. Paula intenta evitar que entre sin ninguna medida de protección, pero él se estaba muriendo y no podía permitir que eso pasara frente a mis ojos. Aquel hombre que se parecía tanto a mi abuelo, a ese hombre que siempre me alegraba mis, días no podía irse. Hicimos todo lo que se encontró en nuestras manos, pero fallamos, Emilio ya no está, otra vida a quien el virus tomó, recordándonos que la vida es prestada.

HOSPOTAL

Llego a casa y en la sala está Axel. Tan pronto me ve llegar se acerca a mí, me desinfecta; me quito la ropa, me pongo la bata de baño y me dirijo a tomar una ducha evitando su mirada - ¿Cómo te fue en el trabajo? – hago de cuenta que no escuché y prendo la ducha. Cuando salgo sigue en la puerta esperando la respuesta - ¿Ahora si me vas a decir?- lo miro, de forma inmediata me pongo a llorar, me abraza y entre palabras intento explicar lo sucedido en el día de hoy. Cuando estoy más tranquila le pido que me cuente más de él para poder distraerme un poco – me debo ir por tres meses, no te preocupes, tan pronto pueda voy a regresar- sigo en el hombro de él- ¿Cuándo te vas? – le digo con una voz congestionada – en semana y media – Aunque, deberías ir conmigo – me dice en un susurro - ¿Ir contigo?, no puedo – contesto con la poca voz que me queda- pues piénsalo, ya es hora que te tomes un descanso – no respondo nada, nos quedamos en las misma posición y el sueño se apodera de mí.

ABRZO

Pasan los días en el hospital y la nostalgia entre mis compañeras todavía persiste en nuestro andar. La pérdida de Emilio fue bastante triste, ya han pasado cinco día sin lograr que me recupere de su partida, mi mente lo trae de vuelta, de inmediato revivo esos momentos con este gran hombre. Vuelvo a pensar en la propuesta de Axel, quizás si merezca un pequeño descanso, pero debo pensarlo muy bien. La voz de Paula me despierta de mis pensamientos- ¡código azul!- mis piernas corren con cansancio. Como era de esperarse, después de quince minutos, otra persona falleció en mis manos, esta vez una joven de veinte años, quien tenía muchas metas y sueños. Más adelante, a dos puertas se escucha la máquina desconectarse, ahora es una compañera a quien perdimos. Con tantas emociones, como el miedo, cansancio, dolor; sigo pensando en la propuesta al regreso a casa.

El apartamento huele a café y sé quién es el autor de este acto. Me dirijo a la cocina, lista para volver al trabajo con una pequeña emoción y a la vez nostalgia por dejar a mis compañeras con todo el trabajo, pero sé que me entenderán. Me acuerdo que no le he contado la gran noticia – Amor, te tengo una noticia – Axel se gira a verme y me alza las cejas- puedes ir pidiendo mi tiquete- él me abre los ojos, la sorpresa es bastante grande, el silencio se queda en medio de nosotros- ¿No me vas a decir nada? -  él intenta decir algo, pero solo se lanza a abrazarme, vuelvo a retomar la palabra- ya me debo ir a trabajar, hoy hablaré con mi jefe. Nos despedimos y me dirijo al hospital pensando “¿ahora qué le diré al señor Carlos?”, mi discurso mental se me olvida de inmediato al entrar a mi trabajo. Encuentro médicos, enfermeras, auxiliares y todo personal subiendo y bajando por cada piso. Mayreth me pone al tanto – los casos se dispararon, ayer llegaron 12 personas con los síntomas y el laboratorio expidió 15 pruebas positivas de la semana pasada – me quedo helada y me dispongo a ponerme el traje antifluido y hacer los protocolos correspondientes.

HSDE

Acompaño a un médico a hacer revisión. El día pasa volando, la hora del almuerzo llega, entro a la cafetería, el olor al entrar en mí me provoca nauseas, el dolor de cabeza que tenía todos estos días incrementa por un momento. Paula se acerca a mí y al ver lo pálida que me encuentro sale corriendo por un termómetro, este arroja un resultado de 38. 6 grados. Todos los que estaban a mi alrededor se preocuparon, incluyéndome, claro está. Han pasado cuarenta (40) minutos, las pruebas realizadas fueron: gonadotropina coriónica humana (GCH), glucosa y COVID-19, algunas saldrán en un par de horas, otras en unos días. Mientras pasa eso ya todos sabemos los protocolos a seguir, internada en este hospital hasta el veredicto final. Llamo inmediatamente a Axel– Hola linda – suspiro profundamente y tomo la palabra – Amor, me quedare internada unos días en el hospital – me interrumpe de inmediato - ¿Qué te pasó? – Respondo un poco nostálgica – tuve un decaimiento  a la hora del almuerzo, estoy esperando el resultado de las pruebas de embarazo, azúcar y COVID-19 – se escucha un gran silencio al otro lado de la línea.

inye

-Axel, escúchame – le digo para cortar el silencio – si la prueba de embarazo sale positiva renunciaré a mi trabajo, si es la de azúcar entonces dejaremos de comer mucho chocolate – se escucha una pequeña risa que me alivia un poco, aun así, continuo – pero, si es la de COVID-19, necesito que te quedes en casa, en aislamiento mientras envió personal para que te tomen la prueba– el espera unos segundos, se escucha una respiración profunda– lo siento, pero no puedo hacerlo y lo sabes, en pocos días tengo que estar allá y no voy a retrasar eso – cambio un poco el tono de voz - ¿Tienes? Se te había olvidado que viajo contigo por lo previsto – él me interrumpe de inmediato – Amor, es que tú no puedes viajar, ese resultado sale muy tarde y es el tiempo en el que estaré allá – sigo un poco extrañada por su actitud, así que sólo digo – piensa en tu salud, es peligroso que viajes si mis resultados salen mal – no me dice más y cuelga la llamada. Unas horas más tarde, el resultado de GCH y glucosa salen negativos. Animada, pero a la vez preocupada decido llamarlo para que esté tranquilo; uno, dos y tres timbres, correo sistema de voz, vuelvo a intentarlo cuatro veces más, pero obtengo el mismo resultado, decido llamarlo más tarde por si está ocupado.

celular

Después de veinte (20) llamadas durante una parte de la tarde y otra de la noche, no encuentro respuesta por parte de Axel, mi mente recuerda que Paula se retiraba del turno, así que le timbro; de inmediato me contesta – Hola Katty – comienzo a platicarle lo sucedido en la tarde y en consiguiente, el gran favor – …  Así que necesito que puedas ir a mí casa; coge mis llaves para que puedas entrar, porque la verdad nada que él me contesta y me preocupa, todo está en el casillero – cruzo los dedos por su respuesta – claro que sí, cuando llegué te informaré –le agradezco, nos despedimos y me siento a esperar, el tiempo que Paula se demora se me hace eterno, no sé cómo reaccionara él al verla entrar, espero que entienda lo desesperada que estoy, mi celular empieza a sonar y no dudo en contestar – Hola Pau, ¿te dijo algo por entrar? – ella con tono suave – no dijo nada – un poco más calmada le digo – bueno menos mal – me corta de una – no está, lo busque por toda la casa y no hay rastro de él, quizás salió a dar una vuelta–con voz temblorosa- ¿Puedes buscar en los armarios? – Ella afirma y escucho los pasos hacia allá, siento como abre los diferentes cajones, lanza un suspiro y musita – Katty no hay nada, solo esta tu ropa, algunos cajones están vacíos- mis ojos se nublan de las lágrimas y mi cuerpo queda como si le hubiera caído un balde de agua fría.

 

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