Queremos una prensa libre, sin escoltas

Fecha de Publicación
Mayo 18 de 2018
Categorías:
Comunicación Social
Queremos una prensa libre, sin escoltas

Ser periodista en América Latina se ha convertido en toda una pesadilla. Los asesinatos de líderes sociales y comunicadores en todos los rincones, es pan de cada día.

Por: Andrés Felipe Ríos Niño

       Séptimo semestre - Comunicación Social

La libertad de prensa se encuentra censurada por criminales, no solo de los que se esconden en la selva como ratones, sino también por aquellos que visten de corbata y pertenecen al Estado, quien se supone debería contar en sus organizaciones con integrantes honestos y diplomáticos.

Siendo así, el cortometraje titulado: “Soy el número 16”, el cual se encuentra disponible en YouTube (https://www.youtube.com/watch?v=x56xMKaT1cI) retrata por medio de imágenes la barbarie que vivió el periodista mexicano Luis Cardona al ser secuestrado en septiembre de 2012.

Víctima de una guerra sin sentido, como todas las demás historias trágicas que le ocurren a quienes deciden contar la verdad de los vejámenes que la violencia contrae, un hombre con la convicción de informar acerca de las problemáticas que en su territorio ocurren sin el propósito de lucrarse, es un testimonio más de la cruel realidad en la que vivimos y no hemos podido escapar.

Pero, ¿hasta cuándo?, ¿de verdad estamos inmersos en un entorno de intolerancia tan grande que a los que ejercemos la labor de informar nos da miedo salir a la calle a contar lo que ocurre?, ¿en quién podemos confiar o respaldarnos si hasta el mismo Estado actúa en contra nuestra?. Recordemos sucesos recientes que han estremecido la agenda mediática mundial y los corazones de personas que de verdad les duele cada asesinato.

#NosFaltan3 fue el símbolo de protesta e indignación por el cruel asesinato de tres periodistas ecuatorianos hace menos de un mes después de estar secuestrados, encadenados y humillados en lo profundo de la selva por Alias Guacho, ex integrante de la columna móvil Daniel Aldana de las FARC, al encontrarse realizando la labor de reportería e indagando acerca de la situación actual a causa de la violencia en la frontera de Ecuador y Colombia. Otro hecho fue la desaparición forzada de 43 estudiantes de Iguala en 2014, en donde fueron además heridos periodistas y civiles en manos de la policía municipal y estatal en México.

Y hay más, pareciera que la costumbre de enterarse de atropellos a personas que se involucran en la labor de efectuar la divulgación de la verdad fuera pan de cada día. El clamor por conseguir una prensa libre, no escoltada, aumenta su voz tras cada fallecimiento, atropello o vulneración hacia los periodistas y comunicadores del mundo, cuando no debería ser así, porque se supondría que no solo en Colombia, México, Ecuador o cualquier parte, el respeto por la integridad y vida de cada persona se respetaría sobre cualquier cosa.

Como jóvenes, el cambio se basa en la práctica del respeto y la correcta ejecución de los temas que conciernen al cambio, promoviendo la paz en vez de la violencia, y sobre todo, brindándole la oportunidad a quienes se dedican a exponer la verdad a ejercer su labor con orgullo, tranquilidad y seguridad.

Foto: http://fusagasuganoticias.com/word/actualidad/libertad-de-prensa/

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