Los videojuegos: “El octavo arte de la cultura contemporánea”

Fecha de Publicación
Noviembre 27 de 2024
Categorías:
Comunicación Social
Etiquetas:
Opinión
Imagen: Freepik

Los videojuegos, que comenzaron como meros pasatiempos, han evolucionado hasta convertirse en narrativas audiovisuales bastante complejas. (Imagen: Freepik)

El concepto de los “siete artes” ha servido como un claro referente de nuestras culturas. Sin embargo, en las últimas décadas una nueva forma expresiva emergió ganando terreno y, aunque su consideración como arte ha sido largamente debatido, el momento de reconocerla ha llegado: los videojuegos.

Los videojuegos: “El octavo arte de la cultura contemporánea”

Por: Luis Carlos Blanco León

Durante décadas, incluso milenios, los seres humanos han buscado la manera de expresar sus emociones. A través de pinturas, escultura, música, bailes, escritos, el cine e incluso la arquitectura, actividades conocidas por representar los 7 tipos de arte creados por la humanidad. 

El arte es una breve vista al interior de la mente humana, en la cual se observan nuestras emociones, aspiraciones y disputas a través de las tecnologías ancestrales: desde las pinturas rupestres hasta la arquitectura que desafía los cielos (la torre de Babel), desde una poesía íntima hasta las grandes obras cinematográficas. 

El concepto de los “siete artes” ha servido como un claro referente de nuestras culturas. Sin embargo, en las últimas décadas una nueva forma expresiva emergió ganando terreno y, aunque su consideración como arte ha sido largamente debatido, el momento de reconocerla ha llegado: los videojuegos.

Estos, que comenzaron como meros pasatiempos, han evolucionado hasta convertirse en narrativas audiovisuales bastante complejas que demandan un nivel creativo alto, innovación tecnológica y comprensión de la psique humana. Para argumentar que los videojuegos deben ser considerados el 8° arte, no sólo se hace un reconocimiento a su capacidad de conmover, desafiar y transformar, sino también una afirmación de que el arte puede adoptar nuevas formas sin perder su esencia, como la inmersividad.

Su estructura e innovación:

Al igual que los otros tipos de arte, los videojuegos exploran la estética, estructura e historia de maneras profundas, diversas y llamativas para los jugadores. Títulos como: “Red Dead Redemption”, “The Legend of Zelda”, “Undertale”, “Shadow of the Colossus” o “The Last Of Us” son algunos ejemplos de cómo todos los anteriores artes se complementan para ser uno solo, verdaderas obras maestras del diseño, bandas sonoras espectaculares, historias cautivadoras y “edificaciones” increíbles. 

A través de paisajes de ensueño, arquitectura imposible, música que acompaña el ambiente y personajes cuidadosamente construidos, estos juegos crean experiencias inmersivas donde cada imagen está pensada para evocar una emoción o un simple pensamiento.

Todo está construido para sentir que uno es el personaje principal que debe salvar el mundo o simplemente sobrevivir a él. Es más, los juegos de terror como “Outlast” consiguen una mejor inmersividad en el mundo, donde encarnamos la piel de un periodista que intenta descubrir los secretos de un manicomio semiabandonado mientras escapa de los peligros que abundan en el sitio. 

La ambientación tétrica que parece que el lugar está a punto de caerse, la música rápida de persecución que desespera aún más, la historia contada a través de notas o los personajes tan memorables como Chris Walker, es lo que le da ese toque único que tienen los videojuegos.

Esta tecnología ha evolucionado con los años pasando de un punto que iba de un lado a otro, pasando por el arte de píxeles, evolucionando a las tres dimensiones, hasta juegos como God of war Ragnarok o más títulos de nuestro mundo moderno que dan características más realistas.

Aunque no sean catalogados como el octavo arte de la humanidad, tienen el potencial para serlo, fusionando todas las características de los otros artes, formando un amalgama único e inmejorable. Sólo el tiempo dirá qué es lo que le prepara la posteridad a esta tecnología que es de las más actuales y que con el pasar de los días evoluciona cada vez más. Por tanto, es momento de aceptar lo evidente: los videojuegos son una forma de arte, y no sólo una más, sino una que redefine nuestra concepción del arte mismo.

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