Injusticia social en la privación de libertad: realidades tras las rejas.

Fecha de Publicación
Octubre 26 de 2021
Categorías:
Comunicación Social
Carcel

Las condiciones nefastas y la violación de los derechos humanos hacia las personas privadas de la libertad en Colombia han aumentado según la ONU en un 80%. en los últimos años.

 

Por: Paula Natalia Ortegón López

 

Las realidades de la población en privación de libertad vienen siendo ignoradas y excluidas en torno a prejuicios y estigmas que siguen generando intolerancia y exclusión. Por esta razón, se busca reconocerlas y escucharlas, para dignificar la vida de las personas en esta condición.

Según el Código Penal, el gobierno es el primero en velar por los derechos de las personas privadas de libertad, el cual debe garantizar la integridad personal, acceso a servicio de salud y vinculación familiar, situación que en Colombia no se respeta para las PPL. La atención médica, entre otros servicios, viene siendo nefasta y aun sabiendo que es obligación brindar este servicio a dichas personas.

Es preciso entonces reconocer, las nociones que tiene un funcionario del INPEC frente a esta realidad y analizarlo desde la experiencia de las personas privadas de la libertad que han sido víctimas de violación de sus derechos.

El INPEC, según Nori Jiménez, madre de un joven privado de la libertad (QEPD) víctima de la violación de sus derechos es (entre comillas) “una de las instituciones de valores y respeto a sus internos”. Dicha institución, ha vulnerado los derechos de las PPL, y se han encargado de generar una mala imagen por la negligencia que han tenido durante años en el país.

Añade también

“Mi hijo tuvo una condena injusta porque él era inocente, era tan buena persona que se prestaba para ayudar en todo lado mi “Jotica” era un muchacho de bien y por culpa de las instituciones y el hospital que fueron unos negligentes, jotica muere por el simple hecho de que era una persona privada de libertad no tuvieron corazón sencillamente lo dejaron a su suerte cuando el necesitaba de mucha ayuda la cual no le ofrecieron. 

Teniendo en cuenta lo anterior, hablamos con Alexander Chitiva, guardián del INPEC, quién menciona lo siguiente:

"Ser guardián no es un trabajo pesado cuando amas lo que haces, es interesante saber todo sobre el centro penitenciario y de la gente que allí se encuentra. La injusticia social no está bien ya que todos somos seres humanos y merecemos respeto.

El INPEC no ha sido el causante de la muerte de algunos internos ya que es una institución con el propósito de cuidar a sus internos, de igual manera jamás he sido obligado a dar falso testimonio en algún paso con un interno, ya que se cuenta con representantes legales para esos temas, nosotros velamos por la integridad de las personas por ende tratamos de ser los mejores."

 

Encierro

 

Pese a lo anterior, pareciera que aún se siguen invisibilizando muchas de las realidades de las PPL, razón por la cual, se hace necesario reconocerlas y dignificarlas.

El testimonio de un grupo de dos hombres privados de la libertad en la Cárcel La Picota, nos menciona lo siguiente:

“Es claro ver por qué cada día son vulnerados nuestros derechos y desde el mismo momento en que un juez condena y dicta sentencia se nos declara no aptos para la sociedad, esta palabra es la primera herramienta que en el lenguaje hermenéutico de los jueces dan comienzo a que se nos estigmatice en primer lugar por los cuerpos de custodia, los cuáles se encargan de oprimir a la persona privada de la libertad como primera medida de supuesta resocialización y señalamiento por parte de los medios de comunicación ante la sociedad es el diario vivir en cada centro de reclusión del país.”

Añaden que "Dado que el sistema de salud y de alimentación es precario, y yendo al tema familiar tenemos que anotar y tal vez denunciar el maltrato y estigmatización de que son objeto nuestras visitas a la hora del ingreso a un centro penitenciario, aparte que en ocasiones de una manera irresponsable e irrespetuosa por parte de funcionarios aconsejan a nuestras a familias y visitantes en general a no visitar delincuentes".

Siguiendo con su testimonio, aseguran que:

“Como toda institución en Colombia, desafortunadamente está nutrida de corrupción más no generalizamos el total de los miembros que la conforman puesto que hemos encontrado en algunos custodios o guardianes personas con principios de solidaridad y humanidad en su corazón. La injusticia social es algo muy cruel que vive una PPL por el simple hecho de estar en un centro penitenciario ya es otra clase de persona un delincuente ahí es donde le damos paso a la discriminación social donde permitimos que los prejuicios ataquen nuestra mente y nos llenen de cosas superficiales a lo que en realidad está pasando.”

La discriminación no es un tema fácil y menos para aquellas personas han sido juzgadas y condenadas a vivir sin el mínimo de sus derechos o para esas personas inocentes que anhelaban su libertad y no la consiguieron.

Es una razón más para darnos cuenta de la necesidad por nuevas realidades que nos permitan vivir dignamente. Todos somos iguales y merecemos el mismo respeto independientemente de los errores que se puedan cometer. Una premisa difícil de comprender.

 

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