Identidades líquidas: el trastorno dismórfico corporal, una realidad latente a temprana edad.

Fecha de Publicación
Octubre 26 de 2021
Categorías:
Comunicación Social
depresión

El uso continuo de redes sociales ha desencadenado en la población juvenil la necesidad de perfeccionar sus cuerpos alterando su imagen, lo cual genera conflictos identitarios y afecciones en la salud mental.

 

 

Por: Laura Valentina Ardila Díaz

 

 

La salud mental es un tema que cada vez más resuena en todas partes , pero hay muchos factores en los que hace falta conocer un poco más que solo el nombre de una enfermedad o condición. Los trastornos mentales son una realidad que afecta a muchas personas en todo el mundo, sin embargo la gente en su mayoría desconoce y poco se interesa por esto. ¿Realmente sabe usted qué trastornos mentales existen o puede padecer?

 

Una de las enfermedades más comunes pero menos conocidas es el Trastorno Dismórfico Corporal o por sus siglas TDC, es un trastorno psicológico que hace parte de la rama de los trastornos obsesivos compulsivos, se caracterizan porque, según la ‘International OCD Foundation’, se tienen pensamientos recurrentes, irracionales e involuntarios (obsesiones), que crean miedos, ansiedad y angustia llevando a una persona a realizar acciones compulsivas para neutralizar las sensaciones desagradables. ¿ Y el TDC qué es?

 

La dismorfia corporal particularmente se basa en la obsesión de una persona por un “defecto” con su cuerpo, ya sea mínimo o imaginario y lo considera como una gran imperfección. A  pesar de que a su alrededor nadie la percibe, cree que debe eliminar a toda costa esas imperfecciones y llega al punto de crear una idea distorsionada de sí mismo creando problemas de autoestima y genera vulnerabilidad.

 

En Estados Unidos a mediados del 2017 tuvo auge un nuevo enfoque al TDC llamado ‘Snapchat Dysmorphia” el cual es una obsesión por verse igual que como se luce usando los filtros que alteran el rostro en Instagram y Snapchat principalmente. Los adolescentes, quienes usan con frecuencia estas redes sociales son las principales víctimas del trastorno, al ser tan vulnerables a los estándares que demanda la sociedad por medio de likes y comentarios en sus publicaciones, esto crea una ansiedad en ellos por lograr gustar y encajar pero desemboca en otros trastornos relacionados al físico.

 

Según la psicóloga Milady Sofía Velandia, los jóvenes al encontrarse en un punto de cambios y descubrimientos biológicos y físicos, son susceptibles a cualquier tipo de influencia que respecta a su apariencia física, comienza su preocupación por lucir bien y encajar en los estándares de belleza que impone la sociedad o simplemente encajar en su entorno por sentirse aceptados.

 

Mujeres

 

No es algo nuevo que las personas sientan la necesidad de verse al espejo y querer que todo en ellos esté en orden, sin embargo, en la última década ha sido más visible este tipo de comportamientos llevados al extremo por niños y jóvenes e incluso adultos quienes rechazan la idea de lucir imperfecciones. Según datos de la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica y Reconstructiva Facial (AAFPRS) en 2017 dice que el 55% de cirujanos plásticos faciales confirma que sus pacientes solicitan verse “mejor” que con los filtros de Instagram y Snapchat.

 

Por otra parte, algunos trastornos estrechamente relacionados al TDC como consecuencia y comorbilidad a este, usualmente son la bulimia, la anorexia, la vigorexia, la ansiedad, la depresión, entre otros trastornos de estado de ánimo y trastornos alimenticios, también pueden conducir a tener tendencias suicidas y sentir rechazo social.

 

¿Cómo saber si padece de esta enfermedad mental? El Trastorno Dismórfico Corporal requiere de diagnóstico de un profesional ya que factores genéticos, sociales y biológicos, pueden intervenir en el comportamiento de una persona que lo padezca.

 

“No es sencillo dar ese paso a pedir ayuda… Verdaderamente creo que lo primero es aceptarlo (reconocer que puede tener el trastorno) y el intentar por sus propios medios buscar ayuda con sus cercanos o en su defecto lo más pronto con un profesional” Afirma Milady Sofía Velandia psicóloga clínica con enfoque cognitivo conductual.

 

Se sabe que en la sociedad colombiana no está aún naturalizado tener asistencia y cuidado de la salud mental, culturalmente se comprende como un tabú y algo ajeno al deber ser y hacer de cada ciudadano. Sin mencionar que según reportes del DANE durante el último año el 41,2 % de jóvenes encuestados entre las edades de 10 a 24 años en Colombia sufren de nerviosismos y preocupación constante, sumándole el estrés de la cuarentena por COVID-19, afectando notablemente su rendimiento cognitivo y salud mental.

 

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