UNA “MONA” ENAMORADA DE COLOMBIA

Fecha de Publicación
May 23 de 2019
Categorías:
Comunicación Social
Dos mujeres y el mismo gusto por Colombia

Su nombre es Christy Crouse, es una chica proveniente de Missouri una ciudad en los Estados Unidos de América.

 

UNA “MONA” ENAMORADA DE COLOMBIA

Por: María Camila Ortega

 

Ella es una chica rubia, su cabello brilla como el sol, su piel es tan suave y blanca, muy blanca como la leche, sus ojos son tan verdes como las esmeraldas. Christy atrae siempre la atención entre los tunjanos, pues no es común ver este prototipo de mujer en la ciudad, por tal razón suelen llamarla “mona”. “Es muy curioso, oír que me llamen de esta manera, yo no me parezco en lo absoluto a un simio” afirma Crouse. En Colombia, solemos tener variadas maneras de llamar a nuestros conocidos con palabras que se pueden connotar de diferentes maneras.

Decidí invitarla al El Pueblito Boyacense y mientras lo recorrimos Christy observaba con detalle los paisajes de la oscura pero tranquila tarde que embellece la ciudad de Duitama. Con su sonrisa expresa la felicidad que siente al conocer estos bonitos lugares, cada vez que ve una montaña, un auto antiguo o las coloridas flores que abundan a lo largo del año en nuestro país, particularidades que  ella  rara vez puede contemplar y disfrutar en su lugar de origen y en los distintos lugares del mundo que ha recorrido.

“Francia, Italia, España, Dubái, Marruecos, India, China, Puerto Rico, son algunos de los países que he tenido la oportunidad de visitar, pero ninguno me ha gustado tanto como Colombia. Aquí sí me gustaría quedarme a vivir, pues su gente es muy alegre, amable, cariñosa, fiestera y sabe hacerme sentir como en casa”, estas fueron las palabras de una mujer que con tan solo 24 años ve la vida de otra manera, sueña en grande y lo más increíble es que la mayoría de esas ilusiones espera materizalizarlas en Colombia.

Al verla probar una deliciosa sopa de mute, acompañada de un vaso de jugo de su fruta favorita, llamada maracuyá, nos cuenta: “la variedad de frutas que he probado en Colombia, no son ni el veinte por ciento de las que tenemos en Estados Unidos, es algo que me fascina y aquí tengo la fortuna de poder consumirlas diariamente”. En ese momento me detuve a reflexionar, puesto que los colombianos aveces no disfrutamos, ni respetamos y menos valoramos, la gran riqueza gastronómica que caracteriza a nuestro país, mientras que las personas que vienen externamente las disfrutan y envidian.

Al caer la tarde recorrimos la plaza central del pueblito, en medio de las serendipias risas, incesantes fotografías, y un frío penetrante, tomamos rumbo a la plaza central de la ciudad de Duitama. Sentados en las escaleras, frente a la catedral primada San Lorenzo de esta ciudad, Christy nos dio a conocer su obsesión por las obleas, debido a que es un producto que contiene variados sabores, entre ellos el del arequipe, que para ella es deliciosamente empalagoso, “lo más parecido que encuentro en Estados Unidos es la Nutella, pero definitivamente el dulce de leche colombiano es muchísimo más rico”.

Llegamos a mi casa y allí estaba toda mi familia, entre ellos Jerónimo, mi hermano menor, “ese niño es muy lindo, cuando me saludó y me dio un beso, me derretí de amor” fueron sus palabras al conocer a Jero; ya que muy curiosos empezó a preguntarle cosas importantes de su país y, aparte de todo, intentó aprender inglés con Christy.

Ella siempre recordará esta visita pues fue una bonita acogida y al mismo tiempo una grata despedida al terminar el día. Para nosotros, una agradable experiencia de compartir con una extranjera, quien se lleva una imagen positiva de lo que realmente somos los colombianos.

Lo que nunca imaginamos nosotros, es que desde ese día emprendimos una amistad de fuertes lazos que nos ha hecho atravesar por momentos felices, tristes y llenos de emociones, que solo una persona como ella puede lograr, pues además de ser un ejemplo de independencia y persistencia, nos regala lo más lindo y sincero de su corazón.

Christy Crouse ahora se encuentra en Chicago, terminando sus estudios y trabajando por sus sueños, las personas que la conocimos en Colombia y que vimos su lado más sensible la extrañamos con sentimiento profundo, pero sabiendo que a pesar de los miles de kilómetros que nos separan siempre vamos a tener la amistad y el cariño incondicional de “la mona”.

 

 

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