Reportaje: Música, Vida y Calle

Fecha de Publicación
Febrero 23 de 2018
Categorías:
Comunicación Social
Etiquetas:
Nos Cuentan
Música, Vida y Calle

El trabajo informal ha sido en los últimos años, una de las formas de ingreso más utilizadas por aquellos que no encuentran una labor dentro de algún tipo de empresa.

"un fenómeno cultural con antiguas raíces de la época en que no existía ni la radio ni la televisión. El teatro no estaba al alcance popular y entonces los artistas de calle eran los espectáculos más asequibles, después del circo."

En distintas ciudades del mundo como: New york, Madrid, Londres, Buenos Aires y Santiago de Chile existen artistas que utilizan el transporte público y las calles como escenario. En Tunja los podemos ver en espacios públicos muy concurridos, como lo es el centro histórico de la ciudad entre la carrera décima y la calle diecinueve. Cada día, un aproximado de 5 jóvenes se ubican en diferentes puntos cerca a la Plaza de Bolívar a armonizar las calles de esta hidalga ciudad.

Peter Meier sociólogo ginebrino, se refiere a los artistas y músicos de calle como "un fenómeno cultural con antiguas raíces de la época en que no existía ni la radio ni la televisión. El teatro no estaba al alcance popular y entonces los artistas de calle eran los espectáculos más asequibles, después del circo."

El trabajo informal ha sido en los últimos años, una de las formas de ingreso más utilizadas por aquellos que no encuentran una labor dentro de algún tipo de empresa. Según el Dane esta cifra pasó de un 47%  a un 45% en el último año; sin embargo, en estas cifras no se tiene en cuenta a aquellas personas que no están vinculadas con algún tipo de cooperativa de vendedores ambulantes o informales como lo son los músicos. En Tunja, se ha registrado un incremento en el desarrollo de esta actividad y para la Alcaldía representa un problema de fondo puesto que no están vinculados a ningún tipo de organización "solo estamos permitiendo el trabajo a los vendedores informales que pertenecen a la cooperativa Coovename, quienes llevan el chaleco distintivo de color azul, a los músicos no hemos podido incluirlos en ningún lado porque su estadía en la ciudad es efímera", afirma Fabio Martínez, Secretario de Gobierno.

Una de las personas que informalmente se gana la vida es Napoleón Navarro quien le canta a la vida que para él es la música. Cada mañana alista en su morral negro un micrófono y el amplificador; sale en su bicicleta roja con la ilusión de reunir el dinero suficiente para ayudar a su madre. "La razón principal es mi familia. Mi madre, ella vive aquí y está mayorcita, entonces yo me he venido aquí a estar cerca de ella, y como esto es lo que llevo haciendo muchos años. La verdad no he encontrado trabajo en otra cosa y entonces me he dicho: en la vida uno tiene que hacer lo que ama, así no salga del todo bien, pero por lo menos darlo todo."

Napoleón
Napoleón Navarrok, cantante

El centro histórico no solo engalana con arquitectura y bellos atardeceres, también con música por parte de personas quienes como Napoleón se ganan la vida cantando, en su caso es el rap quien lo acompaña todos los dias. Parado a la mitad de la cuadra, entre carreras décima y once, lo encontramos. Canta ante la indiferencia de los caminantes que pasan, algunos gustosos por el ritmo, y a otros les molesta aquella que es su forma de expresión. Se tiene un prejuicio porque las personas canten o se vistan de cierta manera, se juzga por las apariencias.

Al recorrer la ciudad, se encuentran otros jóvenes que usan la música como forma de conseguir ingresos para subsistir, muchos de ellos son foráneos y, como lo decía el Secretario de Gobierno, su paso por la ciudad es efimero. Erjerck Jimenez, proveniente de Barranquilla, recorre distintas ciudades con su guitarra eléctrica en mano y explica lo que representa el hecho de cantar o tocar algún instrumento en la calle: "Hay muchos factores que son complicados, los borrachos, indigentes, la suciedad, competencia, pero al final cuando uno le coge el gusto y aprende a vivir de esto, se hace más fácil, lo disfrutas hasta las partes que no te gustan o las partes que te afectan, porque la calle siempre, como dice el papá de uno: "la calle es difícil" no se la recomiendo", comenta mientras sostiene una sonrisa algo tímida en su rostro. Apasionado por la música viaja a lugares donde esta lo pueda llevar; actualmente, se encuentra recorriendo el departamento de Boyacá, sus colegas le comentaron que sería un buen lugar para mejorar sus ingresos. Antes de llegar a la capital visitó Chiquinquirá, allí obtuvo el dinero suficiente para alistar maletas y con su guitarra al hombro continuar viaje hasta Tunja. 

Alfonso Lozano transita el centro de Tunja, empiezan a llegar a sus oídos melodías que lo hacen querer dirigirse al lugar de donde provienen. Llega al punto de encuentro donde aparentemente emocionado escucha clásicos del rock de la mano de Erjerck y mientras tanto piensa que esta labor es de admirar: "El muchacho que estaba yo mirando tiene mucho talento. Hablaba con los que limpian los zapatos y les decía que si el muchacho estuviera en New York serían puros dólares que le darían." Algunas personas solo pasan por la esquina de Bachué, en la Plaza de Bolívar, donde Erjerck toca su guitarra eléctrica y no se toman el tiempo de escuchar, otras como Alfonso toman unos minutos de su tiempo para dejarse llevar por las notas musicales.

Ser músico callejero implica esfuerzo y dedicación, trabajo remunerado por personas que apoyan este arte. Valeria es una mariachi, ella sale a deleitar con su voz a las personas que transitan por la carrera décima, con toda la actitud mexicana viste su traje negro , dejando todo en el escenario (como se ha convertido para ella esta calle). Ella aclara un tema del que muchos, cuando ven a una persona con un depósito de monedas, se pregunta: "¿Cuánto es el promedio de dinero que ganan?, No hay una cifra exacta. Hay días que son buenos como: lunes miércoles y viernes, en promedio de 20.000 a 50.000 pesos, eso es lo que uno se hace, Después de mediodía es bueno pero antes de mediodía no porque hay poca gente." 

"Lo que recibo cantando en la calle alcanza, pero no es lo suficiente. Me alcanza para pagar  el arriendo, para lo básico alcanza."  Por eso para algunos músicos cantar en la calle hace parte de la lista de los tres o cuatro trabajos que tienen. Lo que queda claro es que son jóvenes luchadores, quienes buscan ganar dinero por sus propios medios y sin hacer daño a nadie, al contrario, buscan alegrar la vida con canciones. 

Castings, audiciones y permisos previos: cada ciudad tiene una normativa diferente. Ciudades como Madrid, New York y París aplican hacer audiciones a los músicos para conceder el permiso de cantar en los espacios más concurridos de la ciudad. Es de entender que son ciudades turísticas y buscan generar una buena imagen a sus visitantes y una de las más importantes es dejar que los artistas más talentosos engalanen estos espacios con buenas melodías, apaciguando el estrés de estas grandes capitales.
En Tunja aún se viene trabajando para controlar el uso de los espacios públicos. Se deja trabajar a la gente, pero con algunos límites. "Llevo tres años trabajando en la calle, para mí es bueno, los ingresos son buenos, porque no estoy pagando impuestos y es una de las cosas que les molesta a los policías, a la gente que está en el sistema, a los políticos en general; entonces, al no pagar impuestos si puedo vivir de esto. Nada más tengo para mí y para poder ahorrar cosas para seguir mejorando mi equipamento y seguir planeando un próximo viaje o lugar", comenta Erjerck.

Erfec
Erjeck, guitarrista que trabaja desde hace años compartiendo su arte musical en las calles

Tunja como capital es foco del crecimiento tanto económico como turístico del departamento, debido a que frecuentemente recibe a visitantes atraídos por su riqueza arquitectónica. Jorge Ramírez es un abogado chiquinquireño quien, por cuestiones de trabajo, visita Tunja; sin embargo, aclara que en esta ciudad hay algo más que ver que su arquitectura: "La gente se la está ganando honestamente, máxime cuando en nuestro país las oportunidades de trabajo son bien complicadas. Yo los apoyo plenamente y espero que la gente igualmente los apoye, una moneda a nosotros de pronto no nos hace falta, pero a ellos sí; entonces, recuerdo una frase que decía el filósofo Federico Nietzsche: "No podría concebir la vida sin música, que la vida sin música sería absurda" y ¡Qué viva la música! como decía Andrés Caicedo".

Por: Paola Poblador, Daniela Parra, Julian Mesa
Estudiantes de Periodismo 6to Semestre
Programa de Comunicación Social

Compartir